… aquí vive y vivirá si aguinaldos no nos da…

OJOS DE MOYA | La Cadena SER dedica un especial navideño a las tradiciones de la provincia, con especial mirada a las costumbres de algunos municipios de la Serranía Baja
El sonido ronco de una zambomba acompañado del rascar más agudo de una botella de anís con un toque rítmico de almirez llenan de melodía las calles de un pueblo cualquiera de la provincia. Hace frío. Un grupo de aguinalderos recorren las calles y se paran en las puertas de las casas. De repente se oye una coplilla: “Si nos das el aguinaldo / no nos lo des en bellotas / traigo las alforjas rotas / y no caben más que tortas” (Cuevas de Velasco).
Esta tradición de pedir el aguinaldo aún perdura en muchos pueblos de Cuenca. En algunos sitios era costumbre que los mozos que iban a entrar en quintas pidieran para cuando tuvieran que ir a la mili. 

La picardía de los jóvenes queda reflejada en los versos improvisados que se cantaban, como este de Fuentelespino de Moya: “Esta puerta es de sabina / y aquí vive una gorrina. / Aquí vive y vivirá / si aguinaldos no nos da”. Esa costumbre se conserva ahora entre grupos de amigos que salen en los días navideños a cantar villancicos por la calle y a casas de familiares y conocidos donde, con la armonía de la música, pasan un rato en compañía en torno a un vino blanco y unos mantecados.
En Cardenete, durante la misa del Gallo en la medianoche de Navidad, los niños interpretan el baile de los pastores mientras se canta la ‘Albada del Nacimiento’: “La aurora de la mañana / nos anuncia el nuevo día / el Sol de Justicia es Cristo / y nuestra madre, María”. Las albadas se cantan también en Mira donde se conserva esta tradición mantenida por los mozos. Las primeras coplas se cantan a ritmo de jota al entrar a la iglesia para la misa del Gallo y a su término se entona la albada: “Hidalgo pueblo de Mira / contemplas y adoras bien / en su humilde nacimiento / al salvador de Israel”. Después continúan los cantos, ya en la calle y con letras improvisadas, por la casa del cura, del alcalde,…
En pueblos de la Mancha, inmersos estos días en la siembra del ajo, los mozos preparaban un local para el ‘galleo’, esto es, pasar con los amigos la madrugada del día de Navidad. En Las Mesas existe la tradición de elaborar el ‘nochebueno’, un dulce hecho con harina, huevos y azúcar y cubierto de almendras. Además, es costumbre compartirlo con los animales domésticos. En otros tiempos cuando en las casas de los pueblos de Cuenca había cuadras con mulas y burros, en la Nochebuena se les cambiaba la habitual cebada del pienso de todos los días del año por el más apetecible trigo. Era una noche especial.
En Alcalá de la Vega es típico el ‘melao’, una especie de turrón elaborado con miel y cañamones. Y curiosa es su preparación y el momento en el que se hace. Al primer toque de campana para la misa del Gallo se ha de poner la miel en el fuego para dorarla; al segundo toque se ha de mezclar con los cañamones formando tortas finas que se dejan enfriar. Al tercer toque se va a misa y después de ésta, la familia vuelve a la casa para degustar los ‘melaos’ que ya están en su punto.

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