Alumnos de Cuenca lanzan un satélite y se clasifican para un concurso nacional
El equipo Projet Jare formado por alumnos de 1º de
Bachillerato del IES San José de Cuenca se han clasificado para la final
nacional del desafío CanSat que promueve la Agencia Espacial Europea y el
Centro Regional de Formación del Profesorado de la Consejería de Educación,
Cultura y Deportes, con la colaboración del Museo de las Ciencias de
Castilla-La Mancha y del Museo regional de Paleontología. Se trata de un
concurso europeo en el que los estudiantes tienen que construir y lanzar un
pequeño satélite del tamaño de una lata de refresco. Lo hemos contado en Hoy
por Hoy Cuenca charlando con el profesor de Tecnología, Javier García.
El pasado viernes 28 de abril, se celebró en el
aeródromo del Aeroclub Sotos ubicado en el municipio conquense de Sotorribas,
el primer concurso regional del CanSat en el que participaron once institutos
de Castilla-La Mancha, lanzando un satélite al espacio aéreo y midiendo con sus
sensores diferentes parámetros meteorológicos y ambientales. “Fue estupendo,
hizo un muy buen día, la temperatura era muy buena y no había tampoco viento
con lo cual, la dispersión que podían sufrir los CanSat fue mínima y cayeron
muy cerquita de la zona de despegue”, explica García.
Un jurado compuesto por cuatro jueces evaluaron los
proyectos que se llevaron a cabo y tras la exposición de los mismos por parte
del alumnado, se entregaron los premios en cada categoría.
El ganador absoluto fue el equipo Projet Jare, del
IES San José de Cuenca, que representará a Castilla-La Mancha en la competición
nacional que se celebrará el próximo 18 y 19 de mayo en Granada, donde acudirán
el resto de ganadores de la geografía española. El ganador nacional
representará a España en la final europea.¿Qué es un CanSat?
El proyecto CanSat es una iniciativa de la Agencia
Espacial Europea que desafía a estudiantes de toda Europa a construir y lanzar
un mini satélite del tamaño de una lata de refresco. Un CanSat es una
simulación de un satélite real, integrado dentro del volumen y la forma de una
lata de refresco. “En ese espacio tan reducido tienen que integrar los alumnos
todos los subsistemas de un satélite, la alimentación, las tarjetas de control,
los distintos sensores y luego lleva aparte el paracaídas”, explica García.
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