Los cambios bruscos de temperatura echan a perder la temporada de setas en Cuenca
Este año es difícil llenar la cesta en la Serranía Conquense, un lugar conocido como el paraíso de los buscadores
Este 2020, la Serranía Conquense no luce como otros otoños. “Un año normal te bajas del coche y tienes una explosión de colores con un montón de especies diferentes de setas. Pero este año, llevamos buscando toda la mañana y solo hemos encontrado un par de ejemplares de boletus y alguno más de níscalo”, reconocen los hermanos Abarca, Jairo y Sergio, expertos en micología a las Noticias de RTVE.
Los cambios bruscos de temperatura han impedido el
crecimiento y desarrollo de los hongos. “Se puede decir que es como si
hubiéramos saltado del verano al invierno prácticamente. Las temperaturas
bajaron mucho de repente”, comenta Sergio.
Al verano muy seco se ha sumado el frío temprano y
los calores intensos. Unos cambios climatológicos que no toleran los hongos.
“Hemos tenido temperaturas bajo cero por la noche y de más de 15 grados por el
día. Estas variaciones tan grandes, añadidas a la falta de humedad, han hecho
que, dependiendo de la zona, no salga absolutamente nada”, añade Jairo que
prevé una temporada corta y floja. “Con las primeras heladas del invierno, lo
poco que ha salido se va a acabar pronto”.
Esperanza en
cotas más bajas
Por suerte, esta tendencia es algo diferente según
la zona de la provincia. Cerca de Cuenca capital o en el Campichuelo, por
ejemplo, hay más opciones de encontrar estos preciados manjares. Desde níscalos
a senderuelas, setas de cardo o colmenillas.
“Hay alguna zona donde ha llovido algo más y las
temperaturas han sido más templadas. Allí seguramente hay más ejemplares, pero
por regla general, y en comparación con otros años, va a ser un año regular
tirando a flojo”, asegura Jairo.
Suspendidas
las actividades de “micoturismo”
En la Serranía de Cuenca el turismo activo está en
auge, sobre todo tras la irrupción de la pandemia. En estos meses de otoño, la
micología sería la alternativa estrella. Sin embargo, entre la ausencia de
ejemplares y la crisis sanitaria, muchos agentes turísticos han decidido
suspender sus actividades seteras hasta que la situación lo permita.
Es el caso de los hermanos Abarca. Unieron sus
empresas, 'Cesta y Setas' y 'Savia Ecoturismo', para ofrecer excursiones de
recogida y degustación de hongos.
“Nos gusta mucho reunir grupos de 8 o 10 personas,
disfrutar de coger una seta, pasarla, olerla, degustarla todos en un buen
restaurante. Experiencias que, por medidas de seguridad, ahora no son
posibles”. Razones de más, asegura Jairo, para decidir aplazar las actividades
micológicas al año que viene, porque “sin estas prácticas la excursión pierde
su esencia”.
Como alternativa, nos cuenta Sergio, ahora ofrecen
otras opciones: “tenemos actividades de interpretación de huellas y rastros,
identificación de hábitats o, cuando es época, también observación de la
berrea”.
La trufa no
correrá mejor suerte
La sequía otoñal vaticina también una mala temporada
para la trufa. Este hongo se recoge en diciembre pero es en octubre cuando
engorda y se termina de formar. Por ello, “o comienza a llover, o no habrá
ejemplares que recoger en la provincia de Cuenca”, se lamenta Sergio.
Al escaso crecimiento de la trufa se sumarán los
problemas en la venta. Es el pronóstico de Jairo: “si normalmente ya hay
problemas con los precios, con los mayoristas e intermediarios, este año, que
se supone que van a estar muchos restaurantes cerrados, va a ser difícil”.
Cerca del 80% de este producto gourmet se destina a la hostelería.
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