La XX Alvarada de Cañete ofreció el mejor viaje a la Edad Media
OJOS DE MOYA | Éxito de público y participación en una
feria que es un referente del turismo histórico de la provincia
La actuación de Ronda de
Juglares y el encuentro entre colectivos y asociaciones que, bajo el nombre de
‘Cañete se Encuentra’, se celebraron anoche, pusieron el broche final a un fin
de semana emocionante e intenso en el que esta pequeña localidad de la Serranía
Baja conquense ha completado su XX edición de La Alvarada Medieval, fiesta que
fue declarada de Interés Turístico Regional en 2014.
Cañete es un villa
completamente fortificada, que durante los siglos XIV y XV formó parte de la
raya entre Castilla y Aragón, siendo, junto a Moya, Molina o Requena, una de
las posiciones más valoradas de cuantas tenía la corona de Castilla en sus
límites fronterizos. Con ella premió el rey Enrique II a la familia aragonesa de los Luna, por el
apoyo que de éstos había recibido durante las guerras contra su hermano Pedro
I. Y eso hizo que en esta modesta villa naciera don Álvaro de Luna, quien más
tarde sería Condestable de Castilla y Maestre de la Orden de Santiago. De él,
toma La Alvarada su nombre, y es en su memoria que durante éstas intensas
jornadas Cañete decide viajar hasta su pasado medieval. Las murallas de Cañete
conforman hoy uno de los recintos murados de época califal más completos y
mejor conservados de la región, y posiblemente también de toda España. A su
fortaleza roqueda, sus zigzagueantes murallas y puertas de entrada, dos de las
cuales presentan una estructura de acceso acodado, se suman distintos edificios
de carácter monumental, que hacen de Cañete uno de los destinos turísticos más
interesantes de la zona para aquellos que gustan de historia y de la tradición
cultural, pero también saben apreciar el elevado valor paisajístico de la
comarca y su amplia oferta gastronómica.
La Alvarada es una
fiesta que, desde 1999, ha sabido poner en valor toda esta riqueza histórica y
monumental de la villa, con una programación completísima que, a lo largo de
nueve jornadas, oscila entre las actividades de sabor cultural –conferencias,
conciertos de música tradicional, cine, exposiciones– y aquellas otras que, sin
perder su esencia histórica y el contacto con el Medievo, inciden en la parte
más espectacular y lúdica de la fiesta.
Estos días, Cañete ha
sido un completo hervidero de personas —ya fuesen habitantes de la localidad,
descendientes de la villa o turistas y curiosos llegados desde todos los puntos
de la geografía nacional—. Ha sido constante el ir y venir entre los puestos
del Mercado Medieval, las atracciones del Rincón Infantil, las tiendas y toldos
del Campamento Recreacionista, o las barras de los figones medievales.
Numerosos voluntarios han trabajado de forma desinteresada, a las órdenes
siempre de la Comisión Organizadora, poniendo todo el empeño posible para que una
fiesta de este calibre pudiese llevarse a cabo. Otros muchos han participado de
forma activa en todas y cada una de las actividades. Destaca la labor de Los
Álvaros y de todos los actores locales, de los músicos cañeteros y de las
diferentes asociaciones y entidades del pueblo que siempre prestan una
colaboración fundamental durante estas jornadas. Este año, además, por primera
vez a lo largo de estas XX ediciones de La Alvarada, ha surgido la primera
agrupación de cañeteros, que ha podido disfrutar de la fiesta desde la jaima
levantada en el Huerto de Doña Julia, en una iniciativa que se espera derive en
la formación de nuevas agrupaciones y peñas para ediciones posteriores. La
alcaldesa de la localidad, Sagrario Ibáñez, ha querido destacar este año precisamente
el esfuerzo y la dedicación de todas esas personas que trabajan de manera
incansable para que una fiesta como La Alvarada, capaz de atraer a miles de
personas a una población cuyo censo no supera los ochocientos habitantes, pueda
llevarse a cabo con éxito año tras año.
Se puede decir, en
general, que esta nueva edición de La Alvarada ha contado con una alta
participación de todos los cañeteros. La afluencia de público durante el acto
solemne, especialmente dedicado a los más pequeños, llevado a cabo durante la
mañana de ayer, corrobora este aserto. Por primera vez La Alvarada,
coincidiendo con la celebración del vigésimo aniversario de la fiesta, llevó a
cabo el Nombramiento de Infantes y Abanderados de Cañete. Una actividad con la
que se pretendía, a un tiempo, fomentar la participación de las familias en La
Alvarada y estrechar la vinculación de los más pequeños con el pueblo en el que
viven o en el que nacieron y crecieron sus padres y abuelos. Fue un acto
emotivo e ilusionante en el que los más pequeños de todos recibieron su
medalla, tras ser investidos como nuevos cañeteros, y los niños de más edad
pudieron portar con orgullo sus banderas, y recibir sus diplomas de abanderados
mientras recibían el aplauso de sus padres y familiares.
Aunque, sin duda alguna,
los momentos más intensos de esta Alvarada Medieval se vivieron durante la
jornada del sábado. Fueron atronadores los gritos con los que la grada de
Cañete recibió a los caballeros de Legend a su entrada en el palenque para la
celebración del gran torneo. Allí, a los pies de la puerta de San Bartolomé,
flanqueados de una parte por las decenas de lonas de los puestos del Mercado
Medieval y por la otra por los propios lienzos de la muralla cañetera, se
vivieron los momentos más esperados de la jornada.
Legend lo volvió a conseguir
una vez más: Cañete lleva vibrando con sus espectaculares lances desde que La
Alvarada celebró su segunda edición, y cada año que pasa la espectación que
logran levantar es aún mayor. Y es que la simbiosis existente entre La Alvarada
y este reputadísimo grupo de especialistas es tal que los de Villajoyosa no
quisieron desaprovechar la oportunidad de celebrar el XX aniversario de la
fiesta. Fue a la hora de la cena, momento en el que su espectáculo hacia ya largo
rato que había finalizado, cuando los caballeros de Legend descendieron a
caballo desde la puerta de San Bartolomé hasta el Huerto de Doña Julia,
portando antorchas encendidas, dibujando en el semblante de las murallas y el
perfil del castillo una estampa magnífica. Después, el espectáculo continuó,
invitando a permanecer en el espacio de huerto a los numerosos asistentes que
ya a esa hora buscaban acudir al figón medieval o a los numerosos bares y
restaurantes existentes en la población para poder cenar.
Legend sació
sobradamente todas las expectativas de aquellos que habían acudido a Cañete en
busca de los combates medievales. Sin embargo, el espectáculo había comenzado
ya de buena mañana con el enfrentamiento ante la puerta de La Virgen entre
integrantes de los diferentes grupos recreacionistas que durante estos días se
congregan en Cañete. Las muestras de tiro con arco, armamento o vestimenta se
repitieron en el Campamento Recreacionista, coordinado por Conca. Aunque sin
duda uno de los momentos más esperados fue el desfile con antorchas a lo largo
del perímetro de murallas, con parada en cada una de las tres puertas
principales con las que contaba Cañete en la Edad Media, recreando en ellas el
cierre de portones por la guardia de ronda. Por primera vez, desde que se
celebra este desfile, las antorchas pudieron recorrer los lienzos de muralla
del paseo del Boleo y atravesar la puerta de las Eras, recientemente
restaurada. El acto, por ese motivo, había generado una espectación particular
entre los cañeteros, aunque cabe decir que el buen hacer del grupo de
recreación histórica Conca y el humor incansable de Gaspar Badal, han
conseguido hacer de esta ronda uno de los momentos más esperados del fin de
semana de La Alvarada.
Tanto Conca como la
música de Som de Traca y las actuaciones de Cenáculo Teatro, compañía de
actores dirigida por Javier Losán, han dado una ambientación excepcional a una
edición de La Alvarada que ha estado especialmente dedicada a los juglares y
trovadores. También ha tenido un papel destacado en ella el cantautor Emiliano
Valdeolivas, nombrado Comendador Mayor de La Alvarada, quien además deslumbró
durante la Cena-espectáculo del pasado viernes con un concierto íntimo en el
que puso música y voz a muchos de los versos y composiciones más conocidos del
Medievo y de la Edad Moderna, y que finalizó su actuación de manera
emocionante, poniendo música al ‘Romance de Cañete’, obra de Alberto Asensio,
que el cantautor madrileño quiso hacer de todos los cañeteros.
Balance satisfactorio
pues, el de una nueva Alvarada que ya ha completado su vigésima edición con los
actos de clausura de la jornada de ayer. Cañete pone así punto y final a esta
gran fiesta cultural, y comienza los preparativos para la otra gran cita del
verano: las Fiestas Patronales dedicadas a la Virgen de la Zarza, que se
celebrarán entre los días 6 y 11 del próximo mes de septiembre.