Heces fosilizadas desvelan la gran diversidad acuática del Cretácico
OJOS DE MOYA | El yacimiento de Las Hoyas, situado en la
serranía de Cuenca, ha colectado en 30 años unos 2.000 coprolitos que están en
"un estado de conservación excepcional"
Hace 126 millones de
años, en el Cretácico, el centro de España era un humedal de gran diversidad
animal y botánica. Ahora, el estudio de las heces fosilizadas, halladas en un
yacimiento de Cuenca, han constatado la inmensa variedad de vertebrados acuáticos
que habitaban la zona.
El estudio, realizado
por la investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Sandra Barrios
de Pedro junto con investigadores de la UAM y del IGME, dentro del proyecto de
investigación sobre el yacimiento de Las Hoyas, se publica en la revista
especializada "Plos One".
Las heces fosilizadas,
denominadas coprolitos, proporcionan información única sobre la dieta y el
comportamiento alimenticio de los animales extinguidos.
Estos fósiles son
relativamente abundantes en sedimentos marinos y terrestres, pero los
coprolitos en ríos, lagos o humedales son más raros y difíciles de encontrar.
Sin embargo, el
yacimiento de Las Hoyas, situado en la serranía de Cuenca, es una excepción: en
30 años se han colectado unos 2.000 coprolitos que están en "un estado de
conservación excepcional", ha explicado a Efe la paleontóloga Sandra
Barrios.
Este yacimiento era un
humedal compuesto de varias charcas y estanques de poca profundidad que estaban
conectados entre sí y en los que proliferaban los "tapetes
microbianos".
"Estos tapetes
están formados por cianobacterias y otros microorganismos y suelen crecer en
charcas someras proliferando en estaciones cálidas y con poca agua. Los tapetes
debieron de cubrir tanto los cuerpos de los animales muertos como sus heces, lo
que facilitó la preservación y acumulación de los restos orgánicos",
detalla la científica.
Durante el estudio, el
equipo de investigación hizo una clasificación de 433 coprolitos del yacimiento
en doce tipos en función de su tamaño, geometría o la forma de los extremos,
entre otras características.
Esta clasificación es
"la muestra más variada y amplia de los ejemplares del yacimiento",
ha destacado Barrios.
Al analizar su forma,
contenido y composición química, determinaron que pertenecían a una diversa
gama de vertebrados acuáticos, desde peces y salamandras, a tortugas, pequeños
tiburones, cocodrilos e incluso podrían haber sido producidos por aves y
dinosaurios.
Los análisis químicos
revelaron que los coprolitos "conservados en roca caliza laminada y muy
bien preservados gracias a la ayuda del tapete microbiano, pertenecían en su
mayoría a animales carnívoros que se alimentaban de peces".
De hecho, algunos
fósiles contenían trozos de escamas de pez e incluso vértebras y espinas óseas,
"lo que demuestra que la mayor parte de los habitantes del yacimiento de
Las Hoyas eran carnívoros con dietas ictiofágas", según Barrios de Pedro.
No obstante, algunas de
las heces fósiles analizadas corresponderían también a animales con dietas herbívoras
(comedores de plantas), que son más difíciles de preservar, así como otros
tipos de animales menos frecuentes en el humedal, como dinosaurios o aves, que
podrían haber estado de paso.
Analizar
los coprolitos es importante porque "revela diferencias en la eficacia de
los procesos digestivos de los productores pero también ayudan a saber qué
comían y cómo se comportaban tróficamente", ha concluido la investigadora.
EFE