Castilla-La Mancha permitirá nombrar “farmacéuticos regentes” en pueblos sin botica
La norma permitirá designar regentes, crear botiquines provisionales y eliminar requisitos de distancia en municipios rurales
Una
ley pensada para no dejar sin atención farmacéutica a los pueblos
El Gobierno regional ya tiene lista la nueva Ley de
Ordenación del Servicio Farmacéutico, que se enviará a las
Cortes tras las vacaciones para su debate y aprobación. Según ha detallado la
portavoz del Ejecutivo autonómico, Esther
Padilla, la nueva normativa nace con el propósito de garantizar el acceso a medicamentos y atención farmacéutica en los
pueblos, especialmente en aquellas zonas
más afectadas por la despoblación.
Una de las principales novedades es que la
Junta podrá nombrar farmacéuticos regentes en casos donde se
pierda la autorización por transmisión de la farmacia, siempre
que sea la única del municipio. Con esta medida, se busca evitar que una localidad quede desatendida, algo
que podría ocurrir si el único farmacéutico se marcha o no se encuentra un
nuevo titular.
Botiquines
provisionales ante emergencias
La ley también regula la creación de
botiquines provisionales en circunstancias excepcionales, como
cuando el farmacéutico titular sufra una enfermedad de
larga duración y no haya sustituto, o cuando una catástrofe natural haya afectado al local,
como ocurrió en municipios como Letur, Mira o
Villel de Mesa durante la DANA de 2023. En esos casos, se
garantizará que el vecindario pueda seguir accediendo a medicamentos de forma
segura y próxima.
Más
facilidades para mantener y abrir farmacias rurales
Otra medida importante es la eliminación
del requisito de distancia mínima con el centro de salud en municipios de menos
de 1.500 habitantes, facilitando así la apertura o
mantenimiento de farmacias en localidades pequeñas. En zonas
más densamente pobladas, donde muchas veces no hay locales disponibles, también se eliminará
el requisito de distancia mínima entre dos
farmacias, permitiendo así una mayor flexibilidad.
La nueva ley contempla, además, la posibilidad de realizar programas de atención domiciliaria
en zonas escasamente pobladas, reforzando la labor de
las farmacias como parte del sistema sanitario, especialmente en entornos
rurales.
Padilla
ha defendido que esta ley “protege la
salud en el territorio y evita que un servicio esencial como la
farmacia desaparezca de los pueblos”, consolidando su papel
como eje clave del cuidado sanitario y la cohesión territorial.