El castor europeo se expande por Castilla-La Mancha debido a sueltas ilegales

Ejemplares han sido avistados en el Tajo, en Guadalajara, y generan conflictos con la agricultura y las infraestructuras

El castor europeo (Castor fiber) ha sido detectado en los últimos años en diversos puntos de Castilla-La Mancha, especialmente en el entorno del río Tajo en la provincia de Guadalajara, en un proceso de expansión vinculado a sueltas ilegales. A pesar de que la especie había desaparecido de la península hace siglos, su presencia en España responde a introducciones no autorizadas que han permitido su asentamiento en diferentes cuencas fluviales.

Una presencia en aumento y sin control

El biólogo Jorge González Esteban, de DESMA Estudios Ambientales, señala que la administración no ha impulsado planes de reintroducción del castor, pero que en las últimas dos décadas su expansión ha sido evidente en varias regiones, incluida Castilla-La Mancha. Este fenómeno se debe, según los estudios realizados, a la acción de activistas de una ONG belga que introdujeron ejemplares en España procedentes de un proyecto en Baviera, Alemania.

Uno de los puntos donde más recientemente se ha detectado su presencia es en el Tajo y la cabecera del río Jalón, en la provincia de Guadalajara, donde incluso se han captado imágenes de su actividad. Su presencia ha sido confirmada en zonas próximas a terrenos donde se proyectan grandes parques fotovoltaicos, lo que abre el debate sobre el impacto que estas infraestructuras pueden tener en una especie que, desde 2020, está protegida por la legislación española y europea.

Conflictos con la agricultura y las infraestructuras

El rápido crecimiento de la población de castores en Castilla-La Mancha ha comenzado a generar tensiones con agricultores y habitantes de la región. Los castores son herbívoros de gran tamaño, capaces de talar árboles, alimentarse de sus raíces y afectar cultivos en los márgenes de los ríos. En algunas zonas, su actividad ha causado la caída de postes eléctricos, dejando sin suministro a pueblos enteros, y ha provocado la transformación del paisaje ribereño, donde la vegetación no está adaptada a su presencia.

Desde el punto de vista de la conservación, el castor ha pasado de estar al borde de la extinción en Europa a alcanzar poblaciones estables en distintos países, incluyendo España, donde ya no se considera amenazado. Sin embargo, su introducción descontrolada plantea dilemas en torno a su impacto en los ecosistemas locales y la falta de depredadores naturales que regulen su expansión.

Un desafío para la gestión ambiental

A pesar de la creciente presencia del castor en Castilla-La Mancha, la administración aún no ha definido una estrategia clara para su gestión y control, lo que ha generado un vacío legal que preocupa tanto a ambientalistas como a los sectores agrícolas y ganaderos.

Mientras tanto, la especie sigue expandiéndose en la región, con nuevos avistamientos que demuestran su capacidad de adaptación y su potencial impacto en la biodiversidad y la economía local.

 

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