Las lagunas de Cañada del Hoyo, ejemplo del impacto del cambio climático
La Confederación Hidrográfica del Júcar trabaja en
la posibilidad de emplear la laguna del Tejo, en Cañada del Hoyo, como ejemplo
del impacto de la variación del clima en este tipo de masas de agua
Este año, coincidiendo con el reconocimiento por
parte del Gobierno, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y
el Reto Demográfico, del Complejo Lagunar de Las Torcas de Cañada del Hoyo, en
Cuenca, como Reserva Natural Lacustre, la primera de este tipo en la
demarcación del Júcar, el Organismo de cuenca quiere celebrar este Día de los
Humedales 2023 poniendo en valor unas lagunas que, por su singularidad y su
rica biodiversidad, además de por el excepcional estado ecológico que presentan,
suponen un ecosistema único en la demarcación y una joya natural que requiere
del compromiso de todos, tanto instituciones como ciudadanía, para su
conservación.
El Complejo Lagunar de las Torcas de Cañada del Hoyo
comprende un conjunto de depresiones de origen kárstico, tipo dolina, que
presentan inundación permanente o temporal en función de la altitud de su lecho
respecto al nivel freático dominante.
Está formado por siete lagunas permanentes y cuatro
torcas, cada una de ellas con un nombre diferente: laguna de la Cruz o de la
Gitana, laguna del Tejo, el lagunillo del Tejo, laguna de la Parra, laguna de
la Llana, laguna de las Tortugas y laguna de las Cadenillas. La profundidad de
las lagunas oscila desde los 4 metros de la laguna de las Tortugas, hasta los
32 de la laguna del Tejo, que posee la anchura máxima con 200 m.
Las aguas de las distintas lagunas varían sus
colores desde tonos azules o negros hasta verdes, debido a los peculiares
microorganismos que las habitan. La laguna de las Tortugas se ha visto incluso
teñida de rosa en algún momento, debido al potente manto de bacterias rojas de
la familia Chromatiaceae y género Thiocapsa que presenta en su fondo y que,
bajo determinadas condiciones concretas de luz, temperatura, oxígeno, etc.,
origina un crecimiento masivo de las bacterias dando esa coloración tan
llamativa a las aguas.
Las praderas de vegetación acuática de las lagunas
están rodeadas de bosques de pinos y sabinas, donde surgen a nuestro paso
también arces y tejos. En cuanto a la fauna, existe una importante
representación de anfibios y reptiles, siendo destacable la presencia de la
única población del amenazado galápago europeo (Emis orbicularis) en la
provincia de Cuenca. Toda la comunidad de peces es de origen artificial
(black-bass, gambusia, carpas) y ocasiona un importante perjuicio en las
lagunas, por ello actualmente se están realizando labores de control sobre
ejemplares de distintos galápagos exóticos introducidos.
Desde la Confederación Hidrográfica del Júcar se
lleva a cabo el seguimiento del control de calidad de las aguas, que se realiza
cuatro veces al año en la Laguna del Tejo. Se realizan tanto análisis
biológicos como químicos, valorándose los macrófitos, el zooplacton y los
índices de clorofila que presenta la masa de agua. Todo ello ofrece una idea global
del estado de la laguna.
“La laguna presenta siempre un estado muy bueno, al
no estar sometida prácticamente a presiones externas. Esto nos permite tomarla
como marco de referencia para otras lagunas y también nos sirve como indicador
del estado de las aguas subterráneas de la zona”, ha informado Concha Durán. De
hecho, la Confederación trabaja en la posibilidad de emplear la laguna del Tejo
como ejemplo del impacto del cambio climático en este tipo de masas de agua.
“Se trata de una laguna con una nula presión antrópica, es decir, apenas
afectada por factores humanos, por lo que los posibles cambios que puedan
surgir en el nivel o la calidad de la masa de agua podrían ser debidos a los
efectos del cambio climático, sirviendo así de medidor de estos efectos”.
De igual forma, el Área de Calidad de las Aguas del
Organismo tiene en vías de desarrollo el uso de nuevas tecnologías de
comunicación como herramientas de muestreo. El objetivo es utilizar los datos
obtenidos por satélite para analizar los niveles de clorofila de la laguna y
así tener información actualizada sobre su estado.
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