Reintroducirán manadas de caballos salvajes en la Serranía de Cuenca

 

Hace 100.000 años, el territorio de lo que ahora es España presentaba un aspecto muy diferente. Grandes herbívoros, como bisontes, uros -antepasados de la vaca- o caballos salvajes pastaban a sus anchas en un territorio en el que ser humano todavía no había dejado su huella imborrable. Ahora, el movimiento del rewilding, término inglés que se podría traducir como renaturalización o resilvestración, propone recuperar parte de aquel pasado para hacer frente a los retos del presente, de la pérdida de biodiversidad a la crisis climática, pasando por los grandes incendios.

"La renaturalización siempre debería inspirarse en el pasado, pero no para copiarlo literalmente hoy día" explica a RTVE.es Jordi Palau, ingeniero de montes y autor del libro Rewilding Iberia, en el que explora el "elevado potencial" para resilvestrar España. Este movimiento científico y filosófico, con cuatro décadas de existencia, acaba de estrenar su primer proyecto en nuestro país.

Lo ha hecho precisamente en una de los territorios menos poblados del país -y de Europa-: la zona montañosa entre las provincias de Guadalajara, Cuenca y Teruel. La iniciativa Sistema Ibérico Sur, promovida por la Fundación Española de Renaturalización-Rewilding Spain, abarca 850.000 hectáreas -lo mismo que la provincia de Almería- en el epicentro de la España vaciada, un área diversa en hábitats, rica en biodiversidad y que desde hace más de medio siglo ha sufrido un importante declive demográfico.

Aquí ya han comenzado las primeras reintroducciones de especies: una manada de 13 caballos serranos semisalvajes, una raza autóctona del centro peninsular en peligro de desaparición. El objetivo es "restablecer procesos ecológicos que se han perdido en nuestra sociedad", en este caso, la "limpieza del bosque", que ya no se llevan a cabo porque se han perdido métodos tradicionales como la silvicultura o el pastoreo, explica Pablo Schapira, biólogo y director del proyecto.

Ecosistemas sin intervención humana: "Es la naturaleza la que trabaja"

La renaturalización busca restaurar ecosistemas a partir de la introducción de especies, de la eliminación de barreras humanas en los ríos, o de la recuperación de humedales desecados "para intentar devolver a estos ecosistemas a su estado más natural", expone Schapira. "Prácticamente todos los ecosistemas en Europa han sido ya modificados por el hombre y la mayoría no van a poder volver a lo que eran antes. Lo que se trata es de ver cuál es el estado más natural al que se puede llegar", puntualiza.

Una vez que se ha llevado a cabo la restauración, el objetivo es que el ecosistema "se automantenga", destaca por su parte José María Rey Benayas, catedrático de Ecología en la Universidad de Alcalá. "Tiene que haber intervención humana para restaurar los procesos ecológicos, pero una vez desencadenados esos procesos, es la naturaleza la que trabaja", asegura.

“"Tiene que haber intervención humana para restaurar los procesos ecológicos, pero una vez desencadenados esos procesos, es la naturaleza la que trabaja"“

"El rewilding no es no hacer nada", puntualiza por su parte Palau, que lo contrapone con procesos pasivos como abandono rural, que sí que provocan que "el empobrecimiento de los sistemas y la pérdida de variabilidad en el territorio". Por el contrario, señala Schapira, la renaturalización puede contribuir a fijar población en la España vaciada, al atraer "turismo para avistar fauna" y empresas que comercialicen productos naturales.

"Creo que se puede recuperar una España despoblada. El problema es cómo estamos dispuestos a convivir con eso, ¿estamos dispuestos a vivir en un pequeño pueblo con la seguridad de que va a haber lobos en las proximidades?", se pregunta Nuria Valverde, investigadora del Instituto de Filosofía del CSIC en un proyecto que analiza las implicaciones éticas del rewilding. "Hemos interiorizado una polarización en la que lo salvaje está opuesto a nuestra presencia", plantea.

Grandes herbívoros para limpiar el bosque y evitar incendios

En la zona de la Serranía Celtibérica donde está arrancando el proyecto, sus promotores esperan que los herbívoros silvestres introducidos, junto con la vuelta del pastoreo tradicional, eliminen el exceso de pastos y matorrales que causan incendios. "La gestión forestal la hacen los animales de manera natural", defiende Schapira.

Precisamente la iniciativa ha comenzado en Mazarete, la zona de Guadalajara donde en 2005 un fatídico incendio quemó 13.000 hectáreas y acabó con la vida de 11 bomberos. Desde entonces, el bosque ha "crecido demasiado denso", señala Schapira, lo que aumenta el riesgo de otro incendio similar. Los animales, apunta, "crean zonas más abiertas de bosque y el pasto es más bajo", y así evita el principal causante de los grandes fuegos: la acumulación excesiva de combustible o biomasa.

Además de los caballos ya presentes en la zona -de momento, en una monte de 1.400 hectáreas-, se plantea en un futuro la reintroducción de la cabra montesa, además de aprovechar especies ya presentes como corzos o jabalíes. Más allá de este proyecto concreto, también se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de reintroducir en España el tauro, una especie de toro silvestre proveniente del uro, su antepasado del Pleistoceno, y que se cría en una finca de Teruel, y el bisonte. Este último es uno de los ejemplos más "controvertidos", reconoce Rey, ya que los ejemplares que se crían ahora en fincas pertenecen al bisonte europeo, una especie que nunca estuvo en la Península Ibérica.

Para controlar a su vez el número de herbívoros, el proyecto quiere en un futuro introducir carnívoros como el lince ibérico, en la cima de la cadena trófica, y que hace siglos que desaparecieron del centro de la península. Rey apunta a otros ejemplos de carnívoros que podrían cumplir con esa función, el oso y el lobo, especies "que hasta hace pocos siglos" estaban extendidas por toda la Península.

En el último escalón estarían las aves carroñeras, muchas de ellas amenazadas. El proyecto de Sistema Ibérico Sur pretende reintroducir el buitre negro y recuperar el quebrantahuesos, lo que se haría trayendo ejemplares de los Pirineos.

Por el momento el proyecto está todavía en su fase inicial -comenzó en octubre-, y se ha fijado un plazo de 20 años. Se financia con fondos privados -sobre todo del Endangered Landscape Programme de la Universidad de Cambridge y de la Fundación Cartier for Nature- y trabaja en colaboración con ayuntamientos y administraciones a varios niveles para conseguir terrenos donde llevar a cabo la renaturalización. Los pastos donde se han reintroducido los caballos, por ejemplo, los ha cedido la Diputación de Guadalajara.

Incendios o pérdida de biodiversidad: las polémicas del rewilding

Sin embargo, las iniciativas de renaturalización no están exentas de polémica. Víctor Resco de Dios, profesor de Ingeniería Forestal en la Universidad de Lleida, advierte de que la intensidad de los incendios aumenta al tener "grandes masas forestales conectadas entre sí", uno de los efectos de no intervenir en la naturaleza.

No basta, asegura citando a un estudio, con introducir especies como caballos, ciervos o cabras para que clareen los bosques, ya que "la carga de combustible que eliminan es muy baja",  y no comen hojarasca, una de las principales fuentes de la biomasa que alimenta el fuego.

Añade otro efecto no deseado de la "deshumanización": la pérdida de biodiversidad que se da cuando se abandona el medio rural y se homogeneizan los paisajes. "La gestión tradicional, las pequeñas explotaciones agrícolas y forestales, son precisamente son los ambientes que se asocian con una mayor diversidad" de paisaje, señala.

Otro estudio de 2016 advertía de que la renaturalización podía ser "la caja de Pandora de la conservación", ya que la introducción de especies que llevan siglos sin estar presentes en un territorio puede desencadenar consecuencias imprevistas sobre las que ya estaban en dicha zona, incluyendo de nuevo la pérdida de biodiversidad local.

De la agricultura a la resilvestración: el ejemplo de una finca inglesa

Los partidarios de la renaturalización consultados para este reportaje responden a estas críticas señalando que los efectos se dan en el "rewilding pasivo", que es el que ha tenido lugar en muchas zonas rurales de España que se han despoblado, mientras que ellos defienden otro modelo donde sí hay cierto grado de intervención para evitar los efectos perjudiciales. Palau insiste en que la resilvestración es además compatible con la agricultura y la ganadería tradicional, que de hecho busca recuperar, por lo que se mantendrían estos "mosaicos" de paisajes que frenan los incendios.

Palau cita, como ejemplo de éxito en este sentido, la experiencia en la finca inglesa Knepp, donde, después de décadas intentando dedicarse a la agricultura sin éxito, optaron por resilvestrar sus 1.200 hectáreas.

"Pusieron una variedad de herbívoros, como ciervos, vacas o cerdos salvajes", explica. No solo "constataron una recuperación de la biodiversidad impresionante" sino que salieron de los números rojos de la agricultura y encontraron "nuevas fuentes de ingresos", como la creación de una marca de carne ecológica, actividades de educación ambiental y de turismo de naturaleza.

.-

EN TITULARES