El tren convencional, dos semanas sin servicio por Cuenca
Los alcaldes de Cañada del Hoyo, Huete, Arguisuelas y Carboneras de Guadazaón muestran su malestar y creen que la línea «se está dejando morir»
Varios alcaldes de las localidades por las que pasa la línea de tren convencional en Cuenca muestran su pesar por la ausencia de servicio desde hace dos semanas –se suspendió el pasado viernes 8–.
La borrasca Filomena obligó a cancelar los dos
servicios diarios que Renfe presta en ambas direcciones y aún no se conoce
cuando se restablecerán. Todo dependerá de los informes favorables del
Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), que en los próximos días
podría dar el visto bueno para que se retomaran las comunicaciones en la línea
Aranjuez-Utiel que pasa por la provincia. Por el momento, y según datos de
Renfe, menos de medio centenar de viajeros hacen uso de un ferrocarril que
puede estar viviendo sus horas más críticas. Claro está, la pandemia y las
restricciones entre municipios también han podido retrasar la posible vuelta
del servicio.
Y
es que los regidores de Huete, Arguisuelas, Carboneras de Guadazaón y Cañada
del Hoyo creen que no se invierte en la línea de tren porque «lo quieren
quitar».
Eso
es lo que opina Agustín Rodríguez, alcalde de Cañada del Hoyo, que cree que los
más de 220 vecinos de la localidad «están cada vez más abandonados». Para
cualquier urgencia «nos tenemos que desplazar al centro de salud de Carboneras,
o irnos a la capital en coches particulares. El tren pasa dos veces al día y
solo se detiene uno, a las 8 de la tarde».
Rodríguez
recuerda que el proyecto Serranía en Vía y la recuperación de varias estaciones
«se ha ido a pique. Habría sido una solución importante, por lo menos para
mantener los edificios. Se habla mucho de la despoblación, pero no son capaces
de dar soluciones a los pueblos».
Huete. La localidad optense es, sin duda, una de las que más uso hacen
del servicio ferroviario. El primer edil, Francisco Doménech, sigue
reivindicando el tren en un momento en el que «es la alternativa al transporte
de carretera» cuando no hay condiciones para circular por ellas. «Pedimos que
vuelva el servicio y no solo que se mantenga la línea sino que se impulse»,
señala Doménech, que opina igualmente que «se está dejando morir». En Huete,
los horarios del autobús «son a la misma hora y podrían ser más versátiles si
lo compaginases. Es una serie de circunstancias que propician que al final no
se use».
Arguisuelas. La suspensión del servicio también ha trastocado los planes de
los algo más de 130 vecinos de Arguisuelas. Su alcalde, Daniel García Rebollo,
comenta que «tenemos el caso de una persona de aquí que tuvo que irse a Ocaña y
cuando quiso volver ya no tenía tren. Se ha tenido que buscar otro método de
vuelta». Además, «varios profesores que utilizan el servicio cuando hace mal
tiempo, no han podido cogerlo». Tampoco tiene sentido que las frecuencias
horarias impidan que los vecinos «puedan ir a Cuenca o a Valencia y vuelvan en
el mismo día».
El
alcalde cree que la línea tenía una buena oportunidad con el proyecto de la
anterior corporación de la Diputación, pero «la actual no dice nada, el
Ayuntamiento de Cuenca dice poco y cuando quitan una frecuencia del AVE mueven
todo. Si es el tren convencional callan».
Carboneras.
«La gente, estudiantes o vecinos que tienen que ir al médico a a la capital,
usan el tren para desplazarse cuando hay nieve», indica el regidor de Carboneras
de Guadazaón, Carlos
Arteche, quien asegura que, «según mis fuentes, vamos a estar otras dos semanas
más sin que circule el tren».
Arteche
reconoce que en estos días, si alguien necesita viajar hasta Cuenca, «los
vecinos se comunican para viajar juntos en coche. Tenemos el autobús también,
pero es que sale a las siete de la mañana y al final tienes que quedarte todo
el día allí».
El
alcalde piensa que con la suspensión del servicio «no quieren otra cosa que
aburrir a la gente, que al final no viaje y que se cierre la línea. Ahí, la
culpa es de la Junta de Comunidades que no se ha posicionado. Que digan si
quieren que continúe o están a favor de cerrarla, pero que se posicionen ya y
no nos cuenten a las localidades que van a luchar contra la despoblación y la
España vaciada. La provincia no tiene
vías de comunicación y las pocas que hay se deben defender».
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