La problemática de las granjas porcinas llega hasta el Congreso Nacional de Neumología

El neumólogo albaceteño Jesús Martínez-Moratalla Rovira será el encargado de abordar la «repercusión de las granjas industriales porcinas en el medioambiente y en la salud»

El neumólogo albaceteño Jesús Martínez-Moratalla Rovira será el encargado de abordar la «repercusión de las granjas industriales porcinas en el medioambiente y en la salud»

Lo hará dentro del 53º Congreso de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, que se celebrará del 12 al 14 de noviembre. Y es que Castilla-La Mancha no es la única autonomía que se enfrenta a un grave problema de salud pública.

Neumólogos, cirujanos torácicos, enfermería y fisioterapia respiratoria y neumología pediátrica se darán cita en un congreso ‘online’ para debatir sobre los últimos avances científicos y técnicos en enfermedades respiratorias, prestando una especial atención a todo lo que rodea a la investigación, la asistencia y gestión en COVID-19. No obstante, el encuentro científico lo cerrará Martínez-Moratalla, quien abordará otro problema que está de plena actualidad, como es la amenaza para la salud y el medio ambiente que suponen las granjas industriales porcinas. De hecho, este domingo, un pequeño pueblo de Albacete, Pozuelo, se convertía en el escenario de una multitudinaria protesta en coche.

Cabe recordar que el neumólogo albaceteño, junto a la intensivista Ángela Prado, alzó la voz en 2018, citando decenas de artículos científicos, para poner el acento en las consecuencias de los purines que generan estas granjas industriales.

Los purines contaminan la tierra y el agua, pero el problema va más allá. Se pueden producir malos olores causados por gases tóxicos como el sulfhídrico y el amoniaco. Así, la atmósfera en torno a una macrogranja, con miles de cerdos hacinados sería, a juicio de Martínez-Moratalla, «irrespirable».

Enfermedades respiratorias

El doctor Martínez-Moratalla también insiste en que parte de los purines pasan al aire en forma de gases que se pueden transformar en aerosoles respirables, unos irritantes que, mantenidos en el tiempo, pueden producir inflamación de la vía aérea y causar enfermedades respiratorias. A su juicio, estas macrogranjas de cerdos son un problema de salud para los trabajadores y para la población que vie a su alrededor.

De hecho, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Carolina del Norte y publicado en Environment Health Perspectives demuestra que este tipo de granjas puede provocar incremento en la tensión arterial de las personas que viven cerca de estas explotaciones.

El agua

Y la peor parte se la lleva el agua. El exceso de nitratos en el suelo puede llegar a las aguas superficiales o filtrarse a través del suelo y llegar a los acuíferos subterráneos.

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