Proponen la creación de un centro de investigación de la trufa y potenciar su cultivo en la Serranía de Cuenca

Sonia Sáez: “Se podría tornar en una excelente baza para atraer y fijar población en zonas como la serranía conquense”

Crear de la mano de la Universidad de Castilla-La Mancha un centro de investigación de la trufa negra y potenciar su cultivo podría frenar la despoblación en la región, dadas las posibilidades económicas, de desarrollo rural y de cuidado sostenible que presenta este hongo, que se podría tornar en una excelente baza para atraer y fijar población en zonas como la serranía conquense.

Así lo ha reclamado Sonia Sáez, promotora de proyectos de desarrollo local-rural, como el Encuentro Trufa y Gastrocultura de Salvacañete, que, durante su comparecencia ante la Comisión no Permanente de Estudio para alcanzar un Pacto contra la Despoblación en Castilla-La Mancha que este martes se ha vuelto a reunir en las Cortes regionales, ha explicado que en la actualidad es el Centro Nacional de Recursos Genéticos Forestales El Serranillo de Guadalajara el que se dedica a hacer labores de investigación sobre la trufa negra, pero "todo los proyectos están paralizados".

De ahí que haya lamentado que la Universidad de Castilla-La Mancha presente una carencia en este cultivo, pues ha asegurado que hay profesores en Ingeniería de Montes o agrónomos que están interesados en potenciar la trufa negra y en que sea reconocida como cultivo diferenciado.

Sáez, que ha asegurado que el Centro de Investigación del Champiñón que hay en Quintanar del Rey podría ser el modelo a seguir, también ha reclamado que la trufa, al igual que la miel o el ajo de Las Pedroñeras sea reconocido como alimento de calidad de Castilla-La Mancha.

Y es que esta representante de la Asociación Promoción y Desarrollo Serrano (Prodese) de Cuenca ha indicado que ya hay muchos jóvenes agricultores que están reconvirtiendo la tierra de cultivos de sus padres en explotaciones truferas, que ya se están extendiendo por muchos pueblos de Cuenca, Albacete y Guadalajara.

De momento, ha detallado, el municipio de Salvacañete ya se ha prestado a acoger un campo de ensayo que, aunque dará resultados en ocho años, se convertirá después en un campo de experimentación de este apreciado hongo, con gran potencial gastronómico, como demuestran los diversos encuentros 'Trufa y Gastrocultura' que ya ha acogido.

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