Gascueña ofrece alquileres a 100 euros para frenar la despoblación


OJOS DE MOYA | La antigua casa cuartel de la Guardia Civil ha sido reconvertida en pisos que se alquilan a precios muy bajos para atraer a nuevos vecinos
Almudena Valdeolivas (38 años) se hartó del tráfico, del ruido, de los alquileres por las nubes de la ciudad... Y se mudó al pueblo. Hace un año alquiló una vivienda en Gascueña, un pequeño municipio de la Alcarria conquense en el que había nacido su padre. Vive en una antigua casa cuartel de la Guardia Civil reconvertida en pisos que se alquilan por cien euros al mes para atraer a nuevos vecinos.

Tal como informan desde el diario El Mundo, durante la primera fase del proyecto se han remodelado cuatro viviendas de esta casa cuartel que fue utilizada por la Guardia Civil entre 1963 y 1992, cuando el Puesto se trasladó a la vecina Villalba del Rey. El edificio se cerró entonces y pasó a Patrimonio del Estado. "Reformar cada vivienda nos cuesta unos 30.000 euros, pero el objetivo no es recuperar la inversión sino que la gente se venga. Sólo exigimos a los inquilinos que vivan todo el año, no sólo los fines de semana", explica la alcaldesa de Gascueña, María del Rosal Martínez (PP), principal artífice de este plan para intentar frenar la fuga de población que está vaciando la España rural.
En la actualidad, las cuatro viviendas están alquiladas y hay lista de espera, pero conseguir que les cedieran la casa cuartel no fue sencillo: "Al principio nos denegaron el permiso, pero nos pareció injusto porque fue construida por las personas del pueblo, bajando el pedernal, que es una piedra típica de aquí, e insistimos". Tras un largo proceso legal, en 2012 lo consiguieron y empezaron las obras.
"Gascueña tiene 170 habitantes", cuenta María Martínez, que inicia ahora su quinta legislatura. Cuando llegó a la alcaldía, hace 16 años, había 110. "El pico de población lo tuvimos hace seis o siete años, cuando llegó a haber 200 personas", repasa. Los alquileres desorbitados en las ciudades y la crisis animaron a decenas de vecinos a venirse a este pueblo situado a 150 km de Madrid pero algunas familias se marcharon y, claro, otros vecinos fallecieron.
Almudena Valdeolivas recuerda que durante la etapa que vivió en Madrid llegó a pagar 300 euros por una habitación en las Rosas, un barrio del distrito de San Blas. Justo antes de mudarse a Gascueña residía en una casa familiar cerca de Alcalá de Henares (Madrid), y los días que pillaba atasco tardaba más de hora y media en llegar a su trabajo en la capital. Ahora está intentado poner en marcha en el pueblo un centro de masajes y terapias alternativas mientras trabaja como guía turística en Cuenca. "Tardo una hora pero conduzco sin tráfico. Estoy muy contenta de mi cambio de vida, la verdad", dice Valdeolivas, que asegura no aburrirse. "Cuando me apetece salir, me voy a Cuenca". ¿Lo mejor? "La calidad de vida en general, respirar aire puro, ver el campo, la tranquilidad y la amabilidad de la gente". | LEER NOTICIA COMPLETA |  

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