"El crujir de la lumbre"
OJOS DE MOYA | Una
mirada a las tradiciones de este 1 de noviembre, fecha marcada en rojo en el
calendario anual en las Tierras de Moya
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Mariano López Marín- Cronista Oficial de Salvacañete Como final de la vida
en la Tierra y el paso a otra vida mejor
la muerte tenía y tiene en la
comarca una serie de características propias. Es el 1 de noviembre y en torno a
ella hay en Salvacañete, y en otros rincones
de las antiguas Tierras de Moya, una serie de tradiciones y de creencias, como
la novena de las ánimas, las propias ánimas y la popular limpieza del Campo
Santo.
Se realiza los nueve primeros días de noviembre por las almas de todos los difuntos
del pueblo. Antiguamente el sacerdote mandaba a los monaguillos por todo el pueblo a pedir limosnas para las
ánimas. La gente les daba patatas, nueces, manzanas, otros productos del campo
y dinero. Todo lo que se sacaba se le daba al sacerdote el cual a cambio decía gratuitamente las nueve misas de la
novena.
En este mes de noviembre también se pagaba al sacerdote con patatas,
trigo o dinero por nombrar durante todos
los domingos del año a los difuntos de
los vecinos que lo deseaban y por rezar
un Padrenuestro y tres Avemarías por ellos.
En
Salvacañete y en otros pueblos
del antiguo Marquesado de Moya existieron las Cofradías de ánimas. Los
libros de visitas pastorales de obispos
dan cuenta de ellas y de su actividad. En Fuentelespino de Moya esta
Cofradía de Ánimas estaba muy arraigada.
Las ánimas
En torno a las ánimas hay una serie de supersticiones recogidas entre nuestros paisanos y transmitidas de generación en generación.
“ En la noche del 1 de noviembre no se podía
salir a la calle a altas horas de la
noche porque dicen que se
aparecían las almas del purgatorio.”
“ El día 2 de noviembre no se puede ir a cazar porque no se pueden matar las piezas de caza durante el día.”
“ Cuando rechinaba la leña en la lumbre se decía que sufrían los difuntos y se le echaba sal para que el rechinar de la leña cesara y los difuntos
no sufriesen.”
Existía la creencia de que las campanas
alejaban el peligro y por eso la noche de difuntos, la del 1 al 2 de
noviembre, se tocaban las campanas a
partir de las doce de la noche. Cuando
se dejaba alguna luz encendida por descuido se decía que alumbraba a las
ánimas.
Limpieza y embellecimiento de tumbas
Antiguamente se les quitaba la hierba, se
limpiaban bien, se cubrían de arena del regajo próximo al cementerio o traída
del río y se les dibujaba una cruz con esa misma arena. Se le colocaban
crisantemos y lirios criados expreso para la ocasión.
Los responsos
La tarde del 1 de noviembre el sacerdote bajaba
al cementerio y rezaba responsos por encargo varios en cada tumba Por esos
responsos cobraba una cantidad en
metálico o en especie.. En la actualidad se hace uno común delante de la
cruz central del cementerio y se ofrece una misa.
Había en
torno a ese día muchas supersticiones en Salvacañete y otros lugares como la de
que se parecían las almas del purgatorio
la noche de todos los Santos o la de que
el día de los difuntos no se podía ir a cazar por que no se podía matar nada.
El crujir de la leña en la lumbre se interpretaba como el sufrimiento de los difuntos y para
evitarlo se echaba sal a la lumbre. Y si se deja uno una vela encendida por la
noche, las almas del purgatorio quedan alumbradas.
En muchos pueblos de nuestra zona , como en
Fuentelespino de Moya, había cofradías de ánimas o los famosos “ animeros” que pedían por las
almas del purgatorio de casa en casa no
solo el día de Todos los Santos sino en Carnaval, día de los Santos
Inocentes, el 28 de diciembre y otras
épocas. LEER ARTÍCULO COMPLETO