Moya honró a la Virgen de la Dulzaina

La tradición conmemoró el traslado de la Virgen de Tejeda a la villa el 7 de junio de 1639, con procesión, actos lúdicos y el sonido ancestral de la dulzaina

El pasado sábado 7 de junio, la villa de Moya celebró la tradicional fiesta en honor a la Virgen de la Dulzaina, una cita religiosa y popular que rememora la primera subida de la Virgen de Tejeda a Moya en el año 1639. Esta conmemoración, de profundo arraigo en la comarca, se mantiene viva gracias a la fidelidad del municipio a sus tradiciones.

La imagen que presidió la festividad fue una reproducción de la Virgen de Tejeda, ubicada en la parte inferior del retablo de la iglesia de Santa María de Moya, desde donde partió la procesión que recorrió las calles del antiguo recinto fortificado, acompañada por vecinos y visitantes.

El sonido de la historia: dulzaina y tamboril

El nombre de Virgen de la Dulzaina proviene de la antigua costumbre de acompañar la procesión con dulzaina y tamboril, tradición que se mantuvo viva durante décadas. En los años 1940 a 1960, no era extraño ver a los dulzaineros de Vallanca recorrer estos caminos limítrofes con el Rincón de Ademuz para participar en la celebración.

Vallanca, localidad con una rica tradición dulzainera, acoge cada mayo un encuentro de piteros que reúne músicos de toda la Comunidad Valenciana y otros territorios. Entre ellos, destaca la célebre pitera de Negrón, aldea situada entre Castilla-La Mancha, la Comunidad Valenciana y el municipio de Algarra.

Fe, memoria y alegría

La jornada incluyó una misa solemne, una procesión popular y diversos actos festivos, manteniendo viva la memoria histórica del acontecimiento religioso de 1639. La celebración se vivió con emoción y sentido de comunidad, reivindicando la identidad cultural de este enclave de frontera entre Castilla y la Comunidad Valenciana.

El cronista oficial de Salvacañete, Mariano López Marín, celebró que, un año más, la villa de Moya haya mantenido esta tradición con fervor y participación, deseando que “todos los moyanos hayan pasado un gran día”.

 

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