Uno de los latidos de nuestra tierra
OJOS DE MOYA | Tras varios días incomunicados, el
cartero y el panadero se han abierto camino esta mañana para dar servicio a
alguno de los pueblos de la comarca, como Casas de Garcimolina
Es tiempo de “resistencia”
en la llamada España Vaciada, y más cuando, en días de frío y nieve, de
carreteras cortadas y servicios ausentes, los pueblos rurales se aferran a sí
mismos para salir adelante.
Tras varios días
incomunicados, y con las carreteras aún no practicables, los vecinos de Casas
de Garcimolina veían llegar en la mañana de este miércoles a su particular “unidad
de emergencias”. El correo y el pan han llegado hasta este pequeño municipio
conquense, lo que supone un alivio para la dura vida de borrascas.
Desde aquí, rendimos
tributo y homenaje, hoy más que nunca, a esos profesionales que mantienen vivos
nuestros pueblos, contra viento y marea, nunca mejor dicho. Ellos son, sin
duda, uno de los latidos de nuestra tierra.