El Ministerio anuncia un “Plan de Acción” para convertir las Reservas de la Biosfera en ejemplo de conservación y desarrollo rural
OJOS DE MOYA | Hugo Morán, secretario de Estado en
funciones de Medio Ambiente: “Las Reservas de la Biosfera suponen el reconocimiento
de que los recursos naturales vinculados al territorio son la base de cualquier
proyecto de desarrollo sostenible”
Más de seis millones de
hectáreas -un 12% del territorio nacional- es lo que ocupan las 52 Reservas de
la Biosfera con las que cuenta España, y que la sitúan en el top mundial,
seguida de Estados Unidos, Rusia y China.
En ellas, tal como
detalla el diario ABC, habitan casi dos millones de personas y son definidas
por la Unesco como «sitios de apoyo de Ciencia para la Sostenibilidad».
Áreas
que comprenden ecosistemas terrestres, marinos y costeros, donde se promueven
soluciones que concilian la conservación de la biodiversidad con su uso
sostenible. En total, 701 reservas en 124 países de todo el mundo.
En España, acaban de
incorporarse tres nuevos espacios: El Valle del Cabriel, el Alto Turia y la
Siberia extremeña. Reservas que suman a las ya existentes: ocho insulares
(siete en Canarias y una en Menorca); ocho que contienen zonas húmedas,
fluviales o costeras, dos que albergan paisajes áridos; tres en alta montaña,
trece en la montaña cantábrica y otras once en la media montaña mediterránea;
así como cuatro transfronterizas, tres con Portugal y una con Marruecos.
Plan de Acción
A primeros de este año,
el Ministerio para la Transición Ecológica anunciaba que trabajará con los
responsables de su gestión para elaborar un plan de acción que impulse el
desarrollo de los territorios donde se ubican, para convertir estos espacios
protegidos en ejemplo de excelencia combinando la conservación de la naturaleza
con el desarrollo rural.
Un plan que pone sobre
la mesa las necesidades y retos que la gestión de estos lugares plantea, y que
tiene el objetivo de compaginar una gestión enfocada a alcanzar los ODS, al
tiempo que se combate uno de los problemas que más aquejan al mundo rural como
es el despoblamiento. En palabras de Hugo Morán, secretario de Estado en
funciones de Medio Ambiente: «Las Reservas de la Biosfera suponen el reconocimiento
de que los recursos naturales vinculados al territorio son la base de cualquier
proyecto de desarrollo sostenible». Durante el Consejo de Gestores de la Red
Española de Reservas de la Biosfera que a mediados de septiembre tuvo lugar en
el Ceneam, Morán insistió en que «forman parte del eje de acción que el
Gobierno considera en su política de reto demográfico».
Mayor protección
Por su parte, las
organizaciones ecologistas, aunque califican de positivo las nuevas
declaraciones, piden que la protección no se quede en el papel y que sea «mayor
y real». El responsable de espacios de SEO/Bird Life, Octavio Infante, señala
en declaraciones a Efe, que «lo ideal no es declarar por declarar, sobre todo
cuando en España somos líderes mundiales en Reservas de Biosfera pero la gente
no sabe lo que son. Todavía existe un gran desconocimiento sobre su función y
utilidad, y son herramientas básicas para el desarrollo rural, porque a
diferencia de otras figuras ambientales, la población local sí puede ser un actor
directo y beneficiarse de la protección del espacio natural».
Las
Reservas de la Biosfera deben contar con tres tipos de zonas en su
articulación: núcleo, destinadas a la conservación; tampón, que amortiguan los
efectos de las acciones humanas sobre la primera y de transición, que promueven
actividades económicas sostenibles. Por ello Infante insiste en que «la
información pública ha de definir bien cada zona y que se gestione mejor».
Desde Ecologistas en Acción también se insiste en esto último: «El problema no
radica en la declaración de nuevos espacios sino en la protección de los ya
existentes. Es necesaria una mayor protección real y una mejor gestión, más
abierta a la sociedad».