El Consejo de Seguridad Nuclear recomienda medir el gas radón en la Serranía Baja de Cuenca

El Consejo de Seguridad Nuclear recomienda medir este gas radioactivo en zonas como Landete, Talayuelas, Henarejos o Santa Cruz de Moya

La lista incluye otras localidades conquenses como Campillos-Sierra, Valdemeca o Carboneras de Guadazaón

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) ha incluido a 21 municipios de la Serranía Baja de Cuenca dentro del nuevo mapa nacional del radón, una clasificación de zonas afectadas por este gas radiactivo natural que puede acumularse en viviendas y centros de trabajo, elevando el riesgo de cáncer de pulmón. Aunque estos pueblos se encuentran en la denominada Zona I, donde la medición no es obligatoria pero sí altamente recomendable, la alerta sobre su presencia ha puesto en el foco un problema invisible pero con implicaciones serias para la salud pública y laboral.

Un gas inodoro y mortal

El radón es un gas incoloro, inodoro y natural, que se forma por la desintegración del uranio presente en el subsuelo. Su peligrosidad reside en su acumulación en espacios cerrados, especialmente en plantas bajas o sótanos mal ventilados. La Organización Mundial de la Salud lo considera la segunda causa de cáncer de pulmón, solo por detrás del tabaco, y la primera en personas no fumadoras, causando unas 1.500 muertes anuales en España.

Municipios afectados en la Serranía Baja

Los municipios conquenses donde se recomienda evaluar la presencia de radón son Arguisuelas, Beamud, Campillos-Sierra, Carboneras de Guadazaón, Cardenete, Casas de los Pinos, Fuentes, Graja de Campalbo, Henarejos, Huerta del Marquesado, Laguna del Marquesado, Landete, Monteagudo de las Salinas, Mota del Cuervo, Osa de la Vega, Reíllo, San Clemente, Santa Cruz de Moya, Talayuelas, Valdemeca y Valdemoro-Sierra.

La prevención pasa por construir con barreras y ventilar

Las recomendaciones del CSN incluyen mediciones mínimas de tres meses —preferentemente entre octubre y mayo—, especialmente en lugares donde se preste atención al público o existan trabajadores en planta baja. Las soluciones constructivas pasan por crear barreras físicas en los edificios, reforzadas con sistemas de ventilación o despresurización del terreno, tal como establece el Código Técnico de la Edificación.

Según David Rodríguez, experto de la firma Molins, “la clave está en impedir que el gas entre en nuestros hogares o negocios”, subrayando la necesidad de actuar desde la fase de diseño y rehabilitación, especialmente en zonas rurales donde la edificación suele ser más antigua y porosa.

Una amenaza silenciosa para los pueblos serranos

Con este nuevo mapa, Castilla-La Mancha se incorpora plenamente al Plan Nacional contra el Radón, que obliga a actuar en municipios de alto riesgo, y recomienda hacerlo también en aquellos como los de la Serranía Baja, donde el radón puede suponer un riesgo silencioso para la salud si no se controla a tiempo.

EN TITULARES