El mágico equinoccio en la 'Cueva del Risco' de Garaballa
(los) OJOS DE MOYA | Régulo
Algarra : "Es uno de los marcadores equinocciales del valle"
Garaballa, situada en la cumbre de un pequeño
cerro, por cuyos pies discurre el río Ojos de Moya, y su santuario del siglo
XV-XVI es un lugar digno de ser visitado. Muy cerca de allí, siguiendo el río
hacia el sur, en Tejeda la Vieja, se encuentra el primigenio santuario donde se
cuenta la aparición de la Virgen del mismo nombre. (REPORTAJE : S.O.S. Patrimonio Conquense)
Allí pueden observarse las ruinas del antiguo
convento transformado posteriormente en molino de papel, su castillo de origen
árabe y las dos cuevas (la Cueva de la Virgen, donde la tradición sitúa el
hallazgo de la Virgen de Tejeda, y la Cueva del Risco, junto al antiguo
convento donde se ha descubierto una habitabilidad desde tiempos remotos,
ibéricos y romanos, árabes y una utilización hasta la Edad Media, secundada por
el pastoreo una vez abandonado el lugar).
Precisamente, en el lugar donde más
probablemente debió aparecerse la Virgen por su proximidad al antiguo convento
erigido (la cueva del Ganado) tiene lugar un singular fenómeno sólo dos días al
año coincidiendo con los equinoccios: el 21 de marzo y el 23 de septiembre. En
la montaña, junto al castillo y frente a la cueva, hay un orificio y el sol, al
atardecer se coloca justamente detrás. "Es un espectáculo", relata a
Régulo Algarra, uno de los grandes conocedores del culto a la Virgen de Tejeda,
encargado incluso de excavar en la zona. Descubrió este hecho por casualidad.
El acontecimiento, que responde "a un culto
ancestral en un espacio sagrado", explica, "es uno de los marcadores
equinocciales del valle" y forma parte de los acontecimientos que se
estudian en lo que se denomina arqueoastronomía. No es el único fenómeno del
culto antiguo. Cada 14 de agosto hay una ceremonia de carácter solar en el
nuevo monasterio de Tejeda. El sol entra y se proyecta a través de una ventana
para iluminar con sus rayos la Virgen de Tejeda. "Invito a verlo tanto si
se tienen creencias religiosas como si no", señala.
"Son dos fenómenos que no tienen nada que
ver pero que son dignos de presenciar", precisa Algarra, quien explica que
en toda España se están descubriendo fenómenos de este tipo relacionados con cultos
antiguos que la teología cristiana los ha incorporado porque "hay
equivalencia entre el sol que germina a una diosa y la Virgen María que es
germinada por el Espíritu Santo".