Castilla-La Mancha apuesta por recuperar el cultivo del girasol
El Gobierno regional destina 19,8 millones hasta 2028 para reactivar un cultivo estratégico cuya superficie ha caído un 40 % en la última década
Cuenca y Guadalajara
lideran la recuperación del girasol, clave para la bioeconomía, la sostenibilidad
y el empleo rural
El Centro de
Investigación Agroforestal Albaladejito, en Cuenca, acogió el pasado 5 de mayo
la apertura oficial del nuevo ciclo formativo para agricultores sobre ayudas
agroambientales al girasol, una iniciativa que forma parte de la apuesta
decidida del Gobierno de Castilla-La Mancha por recuperar este cultivo
estratégico, olvidado durante más de una década. La medida, respaldada por
una inversión de 19,8 millones de euros hasta 2028, busca revertir el
retroceso del girasol, cuya superficie cultivada ha caído un 40 % desde 2015.
El programa,
gestionado por la Consejería de Agricultura, contempla ayudas de 130 euros
por hectárea, siempre que los solicitantes cumplan con los requisitos
marcados y superen la formación obligatoria. Hasta el momento, se han
registrado 472 solicitudes que suman 20.000 hectáreas, pero se espera
que la cifra aumente antes del cierre de la convocatoria el 15 de mayo.
Formación,
biodiversidad y sostenibilidad
Las sesiones
formativas se desarrollarán los días 12, 19 y 26 de mayo, y se extenderán hasta
enero de 2026 para cubrir la totalidad de la demanda. Entre los requisitos para
optar a las ayudas figura el mantenimiento de al menos una hectárea de
girasol de secano, así como la preservación de islas de vegetación
espontánea para favorecer la biodiversidad. La viceconsejera de Política
Agraria, Gracia Canales, destacó que estas medidas no solo representan un
estímulo económico, sino también un compromiso con la sostenibilidad y el
relevo generacional en el campo.
Cuenca, epicentro del
girasol en la región
La provincia de Cuenca
lidera la recuperación de este cultivo con 128.000 hectáreas declaradas, el
80,7 % del total regional, seguida por Guadalajara con algo más de
22.000 hectáreas. Según datos de la Consejería, unas 3.200 familias viven
del girasol en la comunidad, una cifra que podría crecer con la
reactivación de estas ayudas, suprimidas en 2012.
Este impulso forma
parte de la Estrategia de Bioeconomía regional, que apuesta por cultivos
adaptados al cambio climático. Según el Instituto Regional de Investigación
Agroalimentaria (IRIA), el girasol requiere un 40 % menos de agua que el
cereal y ofrece una rentabilidad media de 500 euros por hectárea, el
doble que otros cultivos como la cebada en suelos pobres.
Hacia un nuevo
liderazgo europeo
Además de la formación
técnica, el programa prevé un seguimiento anual de las parcelas
subvencionadas hasta 2028, garantizando el cumplimiento de las prácticas
agroambientales. Las próximas sesiones abordarán la agricultura de
conservación (12 de mayo) y el manejo integrado de plagas y
biofertilizantes (26 de mayo), claves para una producción sostenible.
Con estas medidas,
Castilla-La Mancha busca recuperar hasta 25.000 hectáreas de girasol
perdidas en los últimos años y consolidarse como un actor clave en la
producción europea de aceites y harinas proteicas, un mercado valorado
en 300 millones de euros anuales.