Investigadores de C-LM revelan que el extracto de cuerna de ciervo en crecimiento es un anticancerígeno general
El profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha
(UCLM) Tomás Landete, junto a la investigadora de la Universidad Politécnica de
Madrid (UPM) Carmen Ramírez y el investigador de la Universidad L’Aquila, en
Italia, Claudio Festuccia, ha demostrado que el extracto de cuerna en
crecimiento tiene potentes efectos directos en todas las líneas celulares de
todos los tumores estudiados: glioblastoma (tumor cerebral), cáncer de colon,
mama y leucemia.
El trabajo, publicado en la revista Pharmaceutics,
también incluye un estudio en ratones con glioblastoma humano. “Un tratamiento
de 28 días redujo el peso del tumor un 61-66% y el remanente mostraba necrosis
generalizada”, refleja el estudio.
Tal y como explica el doctor Landete, “la
sorprendente capacidad anticancerígena de la cuerna de ciervo en crecimiento
(DVA) se debe a que tiene el crecimiento más rápido de cualquier tejido animal
—de uno a cuatro centímetros al día—, lo que se basa en protooncogenes
(similares a los oncogenes del cáncer). El peligro de derivar en un tumor ha
evolucionado mecanismos anticancerígenos tan potentes que el DVA es efectivo en
cultivos de tumores humanos”, a la vez que añade que hasta el momento hay pocos
estudios.
Sin embargo, puntualiza, este es el primer estudio
amplio que utiliza la misma metodología en cultivos celulares de distintos
tipos de tumores y, además, en un estudio en ratones. Como remarca el
investigador Louis Chonco, “los estudios en cultivos celulares muestran los
efectos directos del DVA en las células”.
“Al realizar un estudio con glioblastoma en ratones,
que es un tipo de estudio más complicado, no solo podemos ver cómo se modula el
efecto anticancerígeno en el cuerpo, sino que podemos estudiar como
interacciona el extracto con el sistema inmunitario, algunas de cuyas células
atacan el cáncer, pero otras promueven la tolerancia del sistema inmunitario al
tumor”, recalca.
El estudio, financiado por la Asociación Española
Contra el Cáncer, cuenta también con el doctorado de la UCLM Nicolás Alegría,
quien indica los resultados que obtuvo en cultivos celulares.
“Probamos el DVA en cuatro líneas de cáncer
colorrectal, tres de cáncer de mama y, en colaboración con el grupo de
L’Aquila, en glioblastoma y leucemia. Algunas son de crecimiento rápido, otras
lento; algunas son sensibles a la quimioterapia y derivan de un tumor primario
(primera aparición), otras son quimio-resistentes y derivan de un tumor
secundario”, señala.
En este sentido, el DVA fue efectivo en todas las
líneas con un promedio de mortalidad del 20-40%, que, salvo algún caso puntual,
no afectó a las células sanas. Además, redujo la movilidad (una estimación de
la capacidad de metástasis) de todas ellas.
El efecto que se describe como más impactante se
encontró en el experimento con ratones con glioblastoma humano (injertado bajo
la piel), como subraya Landete, “en colaboración con el grupo del doctor
Festuccia, administramos el DVA inyectado o vía oral”.
“Contrariamente a lo que pensaba, a pesar de
digerirse por vía oral, el DVA fue casi tan efectivo como inyectado, reduciendo
el peso del tumor un 61% frente al 66% intraperitoneal, esto es importante
porque una futura medicina basada en una proteína o biomolécula del DVA podría
suministrarse en pastillas”, apunta.
Otra parte importante de los resultados provino del
examen histológico y de la expresión génica, realizado por la doctora Ramírez,
quien indica que “el resto que queda del tumor muestra necrosis licuefactiva,
es decir, se muere”.
Algo que se comprobó tanto en las células del tumor
como en los vasos sanguíneos rotos que lo alimentan. Además, el estudio de las
citoquinas (moléculas utilizadas en comunicación entre células) mostró que el
DVA aumentaba la expresión de genes relacionados con el ataque inmunitario al
tumor, “mientras que redujo la de genes que inducen la tolerancia inmunitaria y
permiten su crecimiento”.
Sobre la posibilidad de utilizar el extracto de
cuerna como tratamiento, Andrés García, con una experiencia de treinta años en
el estudio y manejo de los ciervos de la granja de la UCLM, recuerda que en
Nueva Zelanda y otros países ya se venden píldoras de polvo de cuerna en
crecimiento como complemento nutricional, sin embargo, el extracto no cumple
con los requerimientos de una medicina.
“El objetivo de esta línea de investigación es dar
los primeros pasos para encontrar la molécula o moléculas que tienen el efecto,
y que un día una empresa farmacéutica la produzca como tratamiento
anticancerígeno de amplio espectro y sin efectos secundarios”, confían.
El estudio también se ha realizado en colaboración
con el Departamento de Investigación del CHUA, con la participación de Carlos
de Cabo, y ha contado con la financiación de un proyecto de la JCCM y del plan
propio de la UCLM.
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