El proyecto Biovalor impulsa la plantación de aromáticas en las zonas más despobladas
Soria, Teruel, Guadalajara, Zaragoza y Cuenca cuentan
ya con plantaciones de plantas aromáticas y medicinales en parcelas
experimentales. La demostración del proyecto Biovalor arrancó hace escasos
meses para conseguir la obtención de nuevos bioproductos como aceites esenciales
y extractos , a partir también de restos de podas de pinos y sabinas y el
cultivo de aromáticas en tierras marginales de baja productividad para el
cereal.
La coordinadora de proyectos del Centro de Servicios
y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), Tamara
Coello, explicó que este proyecto, que implementará más de 100 hectáreas de
parcelas demostrativas en 15 términos municipales de la Celtibera, trata, por
un lado, de crear nuevos productos para generar empleo verde y, por otro,
fomentar y atraer un nuevo tejido productivo
en zonas despobladas.
“Contribuye a mantener la biodiversidad porque el
cultivo de aromáticas atrae a polinizadores. Comprobaremos qué efecto tiene la
gestión forestal sostenible de masas de pinar y sabinar en relación al riesgo
de propagación de incendios, que esperamos que se reduzca en un 30 por ciento”,
señaló.
El proyecto cuenta con un montante de 1, 8 millones
de euros y en Soria se cultivan parcelas de aromáticas en Almazán y Cubo de la
Solana mientras que las actuaciones forestales se realizan en San Leonardo, El
Royo y Abejar, informa Ical.
Respecto a la obtención de nuevos
bioproductos-aceites esenciales a partir de las podas de pinos y sabinas-
Tamara Coello destaca que en España supone una novedad pero en otros países
estos aceites esenciales tiene un gran valor pues se utilizan para aceites de
baño, jabones, productos de limpieza y componentes en distintos preparados
farmacéuticos.
El proyecto en el que también participan técnicos
del Ceder de Lubia trata de promover el cultivo combinado de plantas aromáticas
y medicinales como el tomillo, la melisa, el romero y la lavanda como
alternativa al monocultivo extensivo; impulsar la creación y consolidación del
sector; desarrollar un nuevo modelo de negocio basado en la innovación:
aumentar la resiliencia de los ecosistemas agroforestales frente al cambio
climático; y valorizar bioproductos y subproductos provenientes de especies
autóctonas.
Los técnicos de Cesefor se encargan de realizar los
análisis químicos y determinar la composición de los aceites y extractos; y el
estudio de las propiedades antioxidantes y antimicrobianas de los aceites y
extractos para ver si se pueden utilizar como biocidas para agricultura o para
industria farmacéutica.
Además, también se encarga de la digitalización en
los procesos; la teledetección, es decir, qué zonas forestales de la Celtiberia
son las potenciales para el tratamiento de podas; el estudio de mercado de los
productos y de la cadena de valor; y un plan de emprendimiento verde para
agricultores y propietarios forestales para que se inicien en este nuevo modelo
de negocio.
Tamara Coello detalló que las plantas aromáticas en
las 100 hectáreas demostrativas se cultivaron en primavera y se ha podido
recoger parte de una cosecha de romero. “Estas plantas se destilan en el Ceder
y el Cita de Aragón se encarga de la extracción. Por su parte, Cesefor analiza
la composición química y determina las propiedades”.
El proyecto se realizará hasta 2025 por lo que los
promotores contarán con varias cosechas de aromáticas para contar con un
resultado más global. “Se intenta abrir un nuevo nicho de mercado en las zonas
despobladas con plantas poco exigentes en términos de riego y de calidad de
suelo; crecen en cualquier lado con un mínimo de cuidado. Estas plantan atraen
polinizadores y ayudan a luchar contra la desertificación”, señaló.
En este proyecto, que cuenta con el apoyo de la
Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto
Demográfico dentro de la convocatoria de 2021 en el marco del Plan de
Recuperación, Transformación y Resiliencia financiado por la Unión
Europea-NextGenerationEU, participan el Centro de Investigaciones Energéticas,
Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), el Cesefor, la Asociación Forestal de
Soria (Asociación de Propietarios Forestales de Soria (Asfoso) y la Unión de
Pequeños Agricultores y Ganaderos (Upa).
La investigadora de Cesefor recalcó que el sector
agroforestal se enfrenta a importantes retos en el ámbito socioeconómico y
ambiental, como el abandono de tierras agrícolas, la despoblación rural, el avance
de la desertificación y la pérdida de biodiversidad por el cambio climático y
el monocultivo.
En este contexto Biovalor pretende hacer frente a
estos retos impulsando una gestión forestal sostenible que permita la
utilización de los restos de poda de pinar y sabinar y el cultivo mixto de
especies de plantas aromáticas solas o en combinación con cultivos leñosos
tradicionales. “Se pretende impulsar estas prácticas como una opción viable y
atractiva para el sector agroforestal, implementando soluciones tecnológicas
para la digitalización de los cultivos y la mecanización de las cosechas”,
recalcó.
El proyecto tiene como último objetivo impulsar la
bioeconomía circular frente al reto demográfico a través del desarrollo de
nuevas cadenas de valor en torno a una gestión forestal sostenible y al cultivo
de especies aromáticas autóctonas en tierras marginales para la producción de
aceites esenciales y otros bioproductos de alta valor añadido.
Toma como área de estudio y actuación una de las
zonas más despobladas de España comprendida entre las provincias de Soria,
Guadalajara, Cuenca, Teruel y Zaragoza, con un total de 59.047 kilómetros
cuadrados situados dentro de 24 comarcas agrarias y con una densidad de
población media situada por debajo de los diez habitantes por kilómetro
cuadrado.
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