El Senado debatirá una ley para que la banca regrese al mundo rural

 

El Senado ha aprobado por amplia mayoría iniciar la tramitación de una proposición de ley que pretende revertir el cierre «constante y persistente» de oficinas bancarias y cajeros automáticos en la última década, que ha afectado en mayor medida a los pequeños municipios de zonas rurales.

La iniciativa tomada en consideración este miércoles en el Pleno del Senado con 246 votos a favor, ninguno en contra y 12 abstenciones, ha partido de los grupos parlamentarios Nacionalista (Junts per Catalunya, Coalición Canaria y Partido Nacionalista Canario) y de Izquierda Confederal (Adelante Andalucía, Més per Mallorca, Más Madrid, Compromís, Geroa Bai y Agrupación Socialista Gomera) y ha sido apoyada, entre otros, por los dos grupos mayoritarios (PSOE y PP).

Aunque el texto propuesto se centra en garantizar la instalación y mantenimiento de cajeros automáticos en los municipios que no disponen de este servicio y de hacerlo a costa de las entidades financieras, el articulado de la ley cambiará sin duda en su tramitación ya que la mayoría de los grupos que han votado a favor han advertido su acuerdo más con los objetivos que con las soluciones concretas planteadas.

El senador de JxCat, Josep Lluís Cleries, en defensa de la iniciativa, ha descrito la situación a corregir con datos del Banco de España que revelan que el número de cajeros automáticos disminuyó en toda España entre 2008 y 2017 en un 17,6 % -de 61.714 a 50.839-, en una tendencia «fuertemente territorializada y que se mantiene constante en zonas rurales o de poca renta per cápita».

De hecho, en 2017 un total de 4.109 municipios españoles habían perdido la única oficina bancaria de que disponían. Este dato suponía que un 2,7 % de la población española no disponía de ese servicio en su localidad.

Cleries ha acusado a las entidades financieras de no haber tenido «la sensibilidad para rescatar a las personas y a los territorios más vulnerables» y de estar inmersas en un «fenómeno de deshumanización» que les hace «no tener en cuenta las necesidades de las personas».

Como él, otros portavoces, entre ellos el senador de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Fabián Chinea, se mostró a favor de la iniciativa al constatar que más que más de 1.400.000 personas están afectadas por este problema.

La senadora socialista, Rosa María Aldea, -alcaldesa además del pequeño municipio palentino de Cisneros, que recientemente ha perdido su última sucursal bancaria, como ha señalado- ha afirmado que al texto planteado «convendría hacerle algunas matizaciones» porque «se trata de un café para todos, y eso es muy bueno, pero se trata del mismo café y a lo mejor hay algún consumidor que lo que quiere es un té».

Aldea ha precisado que el texto «presupone que todos los municipios prefieren la instalación de cajero automático sobre otras soluciones», lo que deja de lado, por ejemplo, «el tema de la atención personalizada y el fomento de las competencias digitales básicas».

Por el PP, José Manuel Hernando, ha asegurado que su formación «simpatiza plenamente con los objetivos últimos de esta iniciativa» y está «estupefacto ante la falta de sensibilidad de la banca» en ese proceso de abandono de la España rural, aunque encuentra en el texto cosas que no le gustan y preferiría haber esperado a las conclusiones de la ponencia creada sobre este mismo tema en el seno de la Comisión de Reto Demográfico de la cámara.

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