Las farmacias rurales, en “pie de guerra”
OJOS DE MOYA | El sector, marcado por la falta de
libertad y el elevado grado de intervencionismo, lleva años reclamando un
aumento de las ayudas destinadas a "rescatar" a este tipo de
establecimiento
Las "farmacias
rurales" están en pie de guerra. Los boticarios de la llamada España Vacía
consideran que las Administraciones Públicas deben tomar cartas en el asunto
para garantizar su sostenibilidad financiera. En este sentido, distintos
gobiernos regionales llevan años aprobando subvenciones y ayudas que buscan
"rescatar" a dichos establecimientos para mejorar su rentabilidad.
Tal como explican desde el digital Libre Mercado, no es fácil definir con precisión qué entendemos por
"farmacia rural". Según la Ley para el Desarrollo Sostenible del
Medio Rural, cualquier farmacia establecida en un núcleo de población con menos
de 30.000 habitantes sería susceptible de ser clasificada de este modo. No
obstante, la Sociedad Española de Farmacia Rural (SEFAR) aplica el término a
las boticas existentes en ciudades de menos de 5.000 residentes.
Es importante saber a
qué definición nos acogemos, puesto que dicha elección determina el alcance del
debate. Si hablamos de poblaciones con menos de 30.000 habitantes, entonces hay
9.000 farmacias en esta situación. Si nos centramos en localidades con menos de
5.000 residentes, el número de farmacias rurales bajaría a 4.500.
Podemos incluso ser más
específicos. Así, si nos centramos solo en poblaciones de menos de 2.000
habitantes, encontramos que dichas demarcaciones acogen cerca del 15% de las
farmacias existentes en nuestro país o, lo que es lo mismo, algo más de 3.000
boticas. Y, rizando el rizo, un análisis centrado en núcleos de menos de 1.000
habitantes revela que hay 2.000 farmacias en este tipo de localizaciones.
Evidentemente, el
declive demográfico y económico de estas zonas ha tenido un impacto en la
rentabilidad de dichos establecimientos, conocidos como Farmacias VEC o
Farmacias de Viabilidad Económica Comprometida. La definición se aplica a
establecimientos que no alcanzan el 10% de la facturación media, lo que en la
práctica supone un volumen de ventas inferior a los 200.000 euros.
El sector, marcado por
la falta de libertad y el elevado grado de intervencionismo, lleva años
reclamando un aumento de las ayudas destinadas a "rescatar" a este
tipo de establecimiento. Desde 2011 está en vigor un sistema de subvenciones
que llega ya al 5% de las cerca de 22.000 boticas que operan en nuestro país,
con porcentajes que llegan al 15% en Castilla y León.
Las farmacias que han
conseguido el reconocimiento de las Administraciones como boticas de la
categoría VEC reciben una ayuda que llega a los 830 euros mensuales. Sin
embargo, desde SEFAR advierten que hará falta más subvenciones para aumentar la
rentabilidad de dichas farmacias.
El modelo navarro
Aunque la farmacia está
muy intervenida por la legislación económica nacional, Navarra es la excepción
a esta regla. En el año 2000, la comunidad foral introdujo una notable
relajación de estas restricciones y experimentó en apenas un lustro una subida
del 77% en el número de boticas abiertas.
No hablamos de un caso
aislado. Como explica Jesús Fernández-Villaverde, en países europeos como Reino
Unido, Irlanda, Holanda, Suiza, Dinamarca, Noruega o Suecia se han introducido
regulaciones que favorecen la competencia y la apertura de nuevas farmacias.
También en estos casos hay un problema de despoblación, pero la solución ha
sido de mercado, con incentivos fiscales en Reino Unido y acuerdos
público-privados en Noruega.