Una bacteria es la causante de la muerte masiva de gamos y ciervos en la Serranía de Cuenca
OJOS DE MOYA | La enterotoxemia, según cifras
oficiales, ha acabado con el 80% del total de reses de la zona
La pregunta clave en
esta investigación es ¿qué ha producido la masiva muerte de tantos ejemplares
de gamo y ciervo? Las especulaciones que han circulado entre cazadores y
orgánicos son muchas.
Hay quien piensa que los
fundentes de nieve que se repartieron por las calzadas de la zona han afectado
a las reses. Otros acuden a la procesionaria para explicar el desastre, al
creer que, dado que la superficie arborícola de la Serranía de Cuenca se reduce
básicamente al pino, con las grandes nevadas fueron muchos (hablan de miles)
los pinos que cayeron al quebrar sus troncos y ramas.
Y, con ellos, las bolsas
de procesionaria, que han podido intoxicar a los animales. También se ha
sugerido la palabra veneno…
Pero tal como informan
desde la web especializada www.club-caza.com , han hablado con la persona
indicada para que nos explique las causas que ha producido una elevadísima,
exagerada, mortalidad de ciervos y gamos, principalmente, y corzos en bastante
menos proporción. Las cifras apuntan a un 80% de la población de algunos cotos,
dato oficial aportado por la Administración.
Una bacteria es la causante de todo
Miguel Ángel Verona San
Juan, Veterinario oficial de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha
trabaja en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Albaladejito. Lleva
30 años como responsable del control sanitario y veterinario del Parque
Cinegético El Hosquillo, trabajando con fauna silvestre como cérvidos, osos,
lobos…
—Miguel Ángel, háblanos de este inusual suceso: ¿qué ha pasado
con las reses de la Serranía de Cuenca?
—A finales de abril,
tras una primavera muy lluviosa y unas nevadas terribles, comenzaron a
avisarme, tanto del parque del Hosquillo como de la reserva que hay alrededor
del Parque, de la aparición de numerosos animales muertos, sobre todo cérvidos
(ciervos y gamos).
Me trajeron 15 reses
muertas que habían encontrado tanto en el Hosquillo como en la parte alta de la
Serranía de Cuenca, y realicé necropsias.
Tras comprobar las
lesiones que habían padecido los animales, mis conclusiones fueron que, como la
primavera había sido muy lluviosa, la consecuencia fue que los pastos, que en
esta zona de Cuenca son bastante pobres en fibra y en nutrientes, incluían un
alto porcentaje de agua.
Alimentarse de este
pasto de tan mala calidad durante un tiempo prolongado, unido a las fuertes
nevadas que sufrió la zona, que prolongó que los pastos acumularan humedad y
frío, ocasionó una Disbiosis ruminal, en palabras que entendamos todos, una
indigestión que acarrea unas terribles consecuencias. La indigestión cambia
drásticamente el PH del aparato digestivo de los animales, que normalmente
cuentan en el intestino con una bacteria (el Clostridium) que, en condiciones
normales no produce problema alguno.
Pero cuando se produce
este tipo de indigestión, el aparato digestivo de los animales cambia el PH y
la bacteria comienza a multiplicarse rápidamente. El Clostridium tiene la
peculiaridad de que libera toxinas, que son muy virulentas y patógenas. Acceden
al torrente circulator
io, lo que ocasiona unas lesiones muy importantes, que
causan la muerte a los animales en tan solo 24 horas.
—¿Qué lesiones encontraste en los animales que analizaste?
—Cuando realicé la
necropsia a los animales, encontré el rumen lleno de un agua verdosa y no había
restos de alimento. También encontré congestión en las cavidades, congestión
pulmonar, abundante espuma en tráquea y bronquios, alteración del hígado.
Si le queremos poner
nombre, lo que produce este tipo de bacteria se denomina Enterotoxemia, que
generalmente necesita una predisposición alimentaria. Es decir, tiene que haber
un desencadenante alimentario, que en este caso encontramos en este tipo de
pastos pobres nutritivamente, fríos y muy húmedos.
Y nos hemos encontrado
que este Clostridium, porque hay muchos tipos de bacterias de este tipo, ha
afectado sobre todo a hembras, preñadas o no, y a crías.
—¿Cuáles son las zonas donde ha sido más elevado la incidencia
de muertes?
—El área más afectada ha
sido la Serranía Alta. En la zona de La Serna y Huélamo los datos de mortalidad
son los más altos, sobre todo coincidiendo donde las nevadas fueron más
importantes. El Hosquillo, por ejemplo, está situado en el corazón de la
Serranía Alta, y allí la mortalidad no ha sido tan alta como en los cotos
circundantes, ya que hay un control poblacional exhaustivo y se alimenta a las
reses durante todo el año con pienso compuesto. Allí hemos tenido un 50 % de
bajas del total de ciervos y gamos. Pero en los cotos colindantes las bajas han
supuesto hasta el 70 y el 80% del total de la población de ciervos y gamos. En
cambio, en la Serranía Media y en la Baja, el porcentaje ha sido menor.
—¿Es la primera vez que ocurre algo así en la zona?
—Hace seis o siete años
sucedió algo parecido, pero con una mucho menor magnitud. En cambio, hace
quince años, en tiempos de la entonces Reserva de Caza, se llegó a morir el 40%
de las reses bajo muy similares factores y con la misma sintomatología en los
animales muertos.
También hace diez o
quince años se registró un caso igual en Castilla y León, donde aparecieron
focos de Enterotoxemia. Entonces las causas fueron las mismas que se han
registrado aquí.