La importancia de la madera de Cuenca para la Real Armada Española


OJOS DE MOYA | De los montes de la Serranía se cortaban árboles cuyos troncos eran conducidos por el Júcar hasta Cullera o en carretas hasta Cartagena para la construcción de barcos
Almudena Serrano, la directora del Archivo Histórico Provincial de Cuenca, rescata esta semana, para la sección Así dicen los documentos (que se emite cada jueves en Hoy por Hoy Cuenca) varios textos que atestiguan la relación de la madera de la Serranía conquense en la construcción de los barcos reales de la Armada.

Sabemos de la importancia de la masa forestal de los montes de la Serranía de Cuenca, un pulmón de oxígeno para el planeta, pero también un productor de madera muy valorada por el Arsenal de la Armada, en Cartagena durante siglos pasados.
Así fue durante muchos años y para contarlo nos trasladaremos hoy al importantísimo siglo XVIII, que, con la Ilustración, supuso una etapa decisiva por los muchos cambios que se produjeron en diversos ámbitos de la sociedad, como fueron, por ejemplo, la Educación y las Ciencias, además de otros muchos, como el que nos ocupa hoy, la Armada española.
Un país como España, con tantos kilómetros de costa, debía mantener una bien pertrechada Armada, sobre todo, con profesionales. Aunque en nuestra historia contamos con destacados marinos que tanto contribuyeron al desarrollo y consolidación de la Monarquía Hispánica, a todo le llega el momento de la renovación.
Desde que comenzó el siglo XVIII, con la llegada al trono de España de Felipe V, se puso de manifiesto que había que llevar a efecto una programación naval. Lo primero que se hizo fue crear una Secretaría de Estado de Marina, junto con el de Guerra, que luego fue Ministerio de la Marina. En el Real Decreto del año 1717 por el que se reorganiza el Gobierno, se estableció para la Secretaría de Estado de Marina lo siguiente:
‘Será de su inspección privativa todo lo correspondiente a arsenales, astilleros de mi Real Armada, construcción de bajeles, armamentos, expediciones, provisiones de víveres, pertrechos, municiones de guerra, conservación y aumento de montes y plantíos, matrículas de gente de mar, pesca, naufragios, presas, comercios marítimos y todo lo demás comprendido en la jurisdicción económica y política militar de la Marina’.
Además, a lo largo del siglo XVIII se aprobaron diferentes Ordenanzas, que eran códigos y colecciones de normas de obligado cumplimiento, aunque, lógicamente, hubo normas más antiguas. 
El reinado de Carlos III y el gobierno de algunos de sus ministros en la Armada fueron determinantes en el avance y modernización de la Marina española. La Casa Borbón fue la que asumió de una forma más completa una legislación para todo el ejército, sobre todo, con Felipe V y Carlos III.
Las primeras ordenanzas navales de España, muy breves, se consideran las incluidas en la Segunda Partida, de Alfonso X el Sabio, del año 1265, referentes a la escuadra castellana.

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