Alerta en la región por la plaga de procesionaria

OJOS DE MOYA | Vecinos de la zona están alertando de que la expansión de la Thaumetopoea Pityocampa está causando estragos
Procesionaria en las inmediaciones de Garaballa. FOTO : Julián Carrasco
A mediados de febrero, con la previsión de calor en puertas de la primavera, alertábamos desde estas páginas de la inminente apertura de los numerosos nidos de procesionaria que estos días pueden verse como en los pinares de la zona.

Una situación que ha hecho saltar las alarmas en la Serranía Baja y zonas limítrofes, como la Serranía Alta, la Manchuela o el Rincón de donde los nidos de Thaumetopoea Pityocampa (como así se llama técnicamente esta oruga) son una auténtica plaga que han comenzado a afectar a la flora de la zona.
En la imagen podemos ver una fotografía tomada en las inmediaciones de Garaballa donde la procesionaria está causando auténticos estragos en los pinares de la zona, aumentando la preocupación de los vecinos de la región que están empezando a movilizarse y buscar opciones para erradicarla.
El ciclo de la procesionaria
Se trata de una mariposa nocturna ( o polilla) típica del mediterráneo, que hace la puesta en los pinos, y tras pasar por cinco estadios larvarios, forma las famosas procesiones de orugas. Las orugas descienden de los árboles y buscan un sitio cálido en el suelo, donde enterrarse y pasar la fase de crisálida. En verano saldrán las nuevas mariposas o polillas y se reanudará el ciclo.
En sus últimos tres estados larvarios la oruga dispone a lo largo de su cuerpo de unos 500.000 pelos especiales parecidos a pequeñas flechas o dardos de muy pequeño tamaño  que utiliza como defensa. Estos se pueden desprender fácilmente, lo que implica mayor riesgo de urticaria no solo por contacto directo sino por vía aérea, ya que pueden ser transportados por las corrientes de aire o viento.
Medidas para evitar las plagas forestales
Esta especie es muy sensible a las temperaturas y se alimenta de las hojas de los pinos, ocasionando daños muy evidentes por la defoliación y las acículas secas. Hoy en día se sabe que a pesar de las defoliaciones tan  espectaculares que la procesionaria produce en los pinos, la mayoría de ellos se recuperan bien. Las estrategias deben ir encaminadas simplemente a controlarlas para que no se conviertan en plaga. España tiene una afectación elevada, por las condiciones climáticas favorables y debidas a que casi la mitad de nuestros bosques y plantaciones son de coníferas.

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