Éxito del programa autonómico de "inmersión lingüística" en el CRIEC de Carboneras
OJOS DE MOYA | Los
alumnos llegados de toda la geografía castellano-manchega han podido disfrutar
de diferentes actividades y aprender inglés al mismo tiempo
Nueve Institutos públicos de Castilla-La Mancha,
pertenecientes a la Consejería de Educación, han disfrutado a lo largo del mes
de enero de una semana de inmersión lingüística en el Centro de Rural de
Innovación Educativa de Cuenca (CRIEC), situado en la localidad de Carboneras
de Guadazaón.
Los centros seleccionados procedían de áreas eminentemente
rurales, con escasa población y pocos alumnos,
aspectos que se priorizan en la selección de los mismos, de acuerdo al
baremo que regula las estancias de inmersión lingüística del CRIEC.
Este curso 2016 / 2017, ha sido el primero en
que los centros de Secundaria han podido solicitar la participación en este
programa, a modo de experiencia piloto, para valorar su incorporación al
programa de forma más amplia a partir del curso que viene.
Desde el CRIEC se valora como muy positiva la
acogida de las actividades planificadas por parte del colectivo docente de
secundaria, así como la capacidad del
propio centro para adaptarse a esta etapa educativa. El equipo docente del
centro coincide en que han sido cuatro semanas muy intensas, en las que se ha
adaptado el proyecto existente a los alumnos de secundaria, dejando sensaciones
muy positivas.
Durante la semana de inmersión lingüística, los
alumnos han podido experimentar actividades innovadoras como gymkhanas de
ingenio, geocaching, teatralizaciones, actividades de inmersión cultural en
países anglosajones, talleres de podcast, juegos de caza del tesoro, así como
propuestas interactivas en torno a la Ciudad Patrimonio de la Humanidad de
Cuenca, todo ello utilizando como vehículo la lengua Inglesa.
Por su parte, los alumnos de 1º y 2º de ESO han
destacado las grandes amistades forjadas entre ellos, la buena convivencia
mantenida y el reto de enfrentarse a grandes emociones a lo largo de la semana,
como por ejemplo el momento de la despedida de cada viernes, en el que no
faltaban las lágrimas en el instante de volver a casa y despedirse de todos los
otros compañeros con los que han convivido.