…esperando su permiso para danzar por el pueblo…

OJOS DE MOYA | Una mirada a las tradiciones de Carnaval en la comarca de la pluma siempre enciclopédica de Mariano López Marín, Cronista Oficial de Salvacañete
© Mariano López Marín-Recuerdos y Añoranzas Tal y como he hecho otras veces  partiendo del calendario festivo de Salvacañete lo voy a ir relacionando con el calendario festivo de muchas localidades de la Sierra Baja y Media de Cuenca. Las fiestas de nuestros pueblos son cultura ancestral de sus gentes que debemos preservar. 

En cada localidad  la misma celebración  se hacía de formas  diferentes e incluso cada una  tenía sus propias  celebraciones. Rasgo común a todas ellas es que reflejan el carácter de las  gentes  de nuestros pueblos serranos  y que se viven las fiestas  con una fuerza inusual ya en otros lugares, con una  extraña relación entre la profundidad de la vivencia  y la sencillez de la forma. El profundo proceso migratorio de los años 1940 a 1970 ha supuesto el cambio de celebración de muchas fiestas, que en sus orígenes se celebraban en invierno o en primavera y ahora se hacen en julio y agosto  cuando vuelven los que se fueron y nuestros pueblos se llenan de vida. Fiestas como la Candelaria, San Blas, Santa Águeda o el Carnaval se repiten en muchos pueblos en el mes de febrero y  en cada lugar tiene su propia forma de celebrarse. Estas vivencias y muchas más  las podéis encontrar en mi último libro publicado en  el año 2016 "Etnología y costumbres populares de Salvacañete" que presenté en mi pueblo y en Moya el pasado 13 de agosto de 2016.
Ciclo de Carnaval
El Carnaval, fiesta de fecha móvil que suele en caer entre los meses de febrero y marzo, tenía su parada tradicional en nuestros pueblos. El ciclo carnavalesco se alargaba durante tres días, los tres siguientes al Miércoles de Ceniza. En él, por supuesto, eran fundamentales los disfraces. Todos los jóvenes del pueblo se disfrazaban de tipos diversos, generalmente los propios del lugar o de algunos muy conocidos: arrieros, gitanos, tratantes, húngaros, cesteros, lañadores, etc.
El primer día, una vez disfrazados, se congregaban en la plaza del pueblo todos los jóvenes. Después de entonar una serie de canciones  empezaba a danzar por el pueblo. Estas canciones iban dirigidas al alcalde y otras autoridades para que les dejasen danzar por la localidad. Durante el día  recorrían las calles  cantando, pidiendo limosna y bailando. En determinados momentos paraban la comitiva  y bailaban. En el trayecto los jóvenes cantaban canciones  de amor a las mozas, con letras parecidas a las canciones de ronda. Con  todos los donativos recibidos el primer día  hacían comidas los otros  dos días que duraba el carnaval. Por hacer reír  la gente les daba embutidos, patatas, frutas  y  algo de dinero, muy poco porque era escaso. Los bailes continuaban los tres días que duraba el carnaval. Los danzantes iban acompañados de instrumentos construidos al efecto: guitarras, cacharros, etc. A destacar  que los que participaban en el Carnaval llevaban la cara cubierta.
Después de la Guerra Civil de 1936-1939 desaparecieron por dos motivos. Uno debido a los riesgos que entrañaba ir con la cara cubierta por que algunos aprovechaban para  descargar su ira  por motivos  de rencillas ideológicas por culpa de la guerra. Otro porque perdieron su esencia de fiesta  burlesca  y se convirtieron en una fiesta  de borracheras y desmanes.
Estas son las canciones de Carnaval que se cantaban en Salvacañete. Su música la tengo recogida en una grabación del año 1973 hecha al amor de la lumbre en casa del tío Mariano Yuste, junto a su familia. También está disponible en un CDrom  y forma parte del archivo sonoro del folklorista de Requena y Cronista Oficial de esa villa D. Fermín Pardo Pardo, a quien se lo facilité.
Al alcalde presidente
muy contentos saludamos
y a Dios con amor pedimos
que nos guarde muchos años.

Y también  al mismo tiempo
a todos los concejales
saludamos con cariño
por ser personas leales.

A sus plantas  nos rendimos
con mucha gracia y salero,
esperando su permiso
para danzar por el pueblo.

Si alguna niña tuviera
algún jardín que guardar,
si tiene en él ricas flores
tenga cuidado especial.

Por esas niñas bonitas
cuidarlas con mucho esmero
no dejarlas que  las cojan
hasta que  no sea su tiempo.

El objeto que  llevamos
es a todos respetar
divertir y divertirnos
los días de Carnaval.

Con permiso del alcalde
y demás autoridad
danzaremos  por las calles
de esta noble capital.

A sus muchachas bonitas
les ruegan estos danzantes
que les echen tres perrillas
a estos pobres ambulantes.

Somos los danzantes
con sal y salero
y a danzar venimos
a este noble pueblo.

Al pasar por las calles
admirados nos quedamos
mirando las niñas bonitas
de catorce a treinta años.

Si alguna no tiene novio
y su palabra nos da
estos alegres danzantes
no se marcharán jamás.

Santa Ana un barrio hermoso
con su gracia y alegría
se lleva todos los amores
con su gracia y simpatía.

Nosotros te saludamos
en este brillante día,
que nos guarde muchos años
a todos en compañía .

Hermosa niña hechicera
viva toda  tu hermosura
estos amables danzantes
con cariño te saludan.

Escucha niña divina
los trinos de este cantar
escucharás los danzantes
que alegre van a cantar.

Plaza mayor recorremos
con toda nuestra alegría
saludando a su ilustrísima
a toda la mayoría .

El objeto que llevamos
es la España recorrer
las telas de este disfraz
divirtiendo a la mujer.

Este nuevo trovador
os ha venido a saludar
y si no canto con gracia
bien lo podéis dispensar.

Y  aquí os doy la despedida
la que echamos en Belén
quién nos ha juntado aquí
nos junte en la gloria, Amén.
Todas estas  estrofas de Carnaval se cantan  con la misma música que  la primera  estrofa. Eran cantadas en la plaza del pueblo el primer día de carnaval. Iban dirigidas  a las  autoridades  del pueblo para que diesen su permiso para danzar por el pueblo  y a las mozas. Algunas de estas estrofas las repetían debajo de las  ventanas y balcones  de las jóvenes del pueblo y solían cantar otras alusivas a la mujer. El canto a la mujer aparece en el folklore de nuestro pueblo no sólo en Carnaval sino también en Mayos , músicas, canciones de ronda, canciones de siega, canciones de quintos, etc. El objetivo esencial de los carnavales era divertirse los jóvenes, divertir  a los mayores y sobre todo divertir  a la mujer, como dice una de las estrofas. Una de las costumbres de los carnavales era que  los jóvenes ensuciaban a las mozas con humo y ceniza., costumbre también de las hogueras de San Antón en la Hoya del Peral y Casas Nuevas. Esta costumbre estaba extendida en otros lugares  que como Salvacañete pertenecieron al antiguo Marquesado de Moya.

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