Pastores tecnológicos

OJOS DE MOYA | Un investigador documenta a 19 pastores de Teruel, Cuenca y Albacete que siguen desplazando sus rebaños a tierras valencianas en invierno en busca de pastos y calor
Primero hay que enterrar el bucolismo y olvidar los clichés del género pastoril: hombres solitarios con rebaño, perro y zurrón, errabundos, desconectados, epicúreos y anacrónicos. Luego, ya libres de prejuicios, conviene pisar el monte y escuchar la frase que lo resume todo: "Yo antes salgo de casa sin comida que sin el móvil". NOTICIA : LEVANTE-EMV

Se la dijo un joven pastor trashumante a Pablo Vidal, investigador de las trashumancias y director del Instituto de Antropología Social y Cultural de la Universidad Católica de Valencia. En su trabajo de campo, cuaderno en mano, ha conseguido documentar un total de 19 ganaderos procedentes de Teruel, Cuenca y Albacete, zonas cercanas al Rincón de Ademuz y el Maestrat, que siguen realizando la trashumancia y se desplazan cada invierno desde sus frías zonas montañosas a buscar la calidez de las tierras valencianas y sus inmediaciones. FOTOGRAFÍA : José Mena Álvarez
Tienen una edad media de 42 años. Bajan al Reino, como es costumbre decir, con rebaños de unas 800 ovejas y cabras. Realizan viajes de entre cinco y once días. Unos van a pie, otros con el ganado en camión, algunos optan por la tercera vía: un trayecto mixto a pie y en vehículo. Al final del viaje llegan a zonas como Traiguera, Riba-roja, Cheste, Chiva, Turís, Llombai, Gandia o Torrevieja.
La tecnología aplicada al pastoreo
Uno de los aspectos que desgrana Pablo Vidal es la revolución que ha supuesto el uso del teléfono móvil para la vida de los pastores trashumantes. En varios frentes. El móvil los conecta con sus familias o veterinarios. El móviles les informa de la previsión meteorológica al detalle: cuándo viene la tormenta y dónde conviene refugiarse. Por el móvil les entra el precio de cotización de los corderos en la lonja de Albacete, la City que marca la pauta. En el teléfono tienen mensajería instantánea: de los 19, todos menos uno utilizan wasap y han creado grupos entre los trashumantes y los pastores cercanos. A través de esa ventana común conocen los precios reales a los que todos están vendiendo los corderos. «Antes nos tomaban el pelo los intermediarios, ahora estamos al corriente de todo», le contó otro pastor a Pablo Vidal. LEER NOTICIA COMPLETA

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