"Las gentes de la comarca, y de más allá, se acercaban a Landete a hacer negocio"

OJOS DE MOYA | De la mano de Mariano López Marín, cronista de Salvacañete, lanzamos una mirada histórica a la Feria de San Miguel de Landete que se inaugura este viernes
"Comerciaban con  animales  de labor: burros, muletos y muletas, machos y mulas, caballos y yeguas. Recorrían toda la  comarca  y eran muy conocidos. En la feria aparecían  con sus reatas de muletos y muletas  bien limpios y cuidados, con machos y mulas, con caballos  y  yeguas, con burros y burras Los exponían en el ferial, desde la Fuente de los Cantones hasta el Calvario.  
Las gentes de la comarca  y de las  comarcas próximas del Rincón de Ademuz y zona de Utiel y Requena  se acercaban hasta Landete para comprar  algún animal o vender alguno. Eran tratantes afamados de caballerías. Pepe Camañas de Ademuz y casado en Landete,  Pepe conocido como “Peteque” también casado en Landete, Evaristo el de Vallanca y sus hijos uno de los cuales Julio vive en Landete, Jesús el Calderero de Landete,  Mariano Valero, “Mariano Lino”  y su hijo Amalio Valero de Salvacañete y con residencia en Talavera de la Reina pero que pasaban largas temporadas por nuestra zona, Félix Pastor de Salvacañete dedicado a las lides de tratante de caballerías durante años y vecino mío. De Utiel también  llegaban famosos tratantes a la feria de Landete  y los de esta comarca iban con frecuencia  a Utiel, alojándose en sus numerosas posadas, entre ellas la de San José, donde está actualmente Mercadona, y en la de la Rambla que acogía a gentes de Landete, Talayuelas y Sinarcas"
Landete disfrutará este fin de semana de una de sus grandes citas anuales, la Feria de San Miguel, conexión con las tradiciones y la historia de la localidad y, por extensión, de la comarca entera.       
Y que  mejor momento para recordar, de la mano de Mariano López Marín, cronista oficial de Salvacañete, oficios que tenían relación con  esta afamada feria  y que estaban presentes en  ella los días grandes de San Miguel  en  otras épocas del siglo XIX y parte del  XX hasta que la feria dejó de existir porque el campo se mecanizó, desaparecieron casi todas las caballería y hubo mucha emigración en estas tierras. Eran oficios muy ligados a la vida de la época   y con los que la gente ganaba un dinero  como complemento de  los  pocos  recursos que daba el campo.
Caldereros, tratantes (de los que habla la introducción), guarnicioneros o correcheres, esquiladores de caballerías y de ovejas, herreros, albarderos, apeadores, posaderos, taberneros, quincalleros, carroceros, charlatanes, turroneros, churreros, fabricantes de patatas fritas… daban color y sabor a una feria que se aferra a los nuevos tiempos como clavo de supervivencia y que, más allá de otros colores en daguerrotipos, supone el empeño de una tierra por mantenerse fiel a sí misma.

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