"Allí se lavaba la ropa, los trapos sucios y los no tan sucios"
OJOS DE MOYA | Fuentelespino de
Moya trabaja estos días en el acondicionamiento de sus lavaderos públicos
Llega el lunes. Las
mujeres preparan la merienda. Recogen la ropa de la semana. Sólo hay muda los
domingos porque es día de guardar. Salen de casa con el
barreño a la cabeza. Tajuela al cuadril. Camino de los lavaderos. Donde los
haya. O del río, donde no hay de los primeros.
Los lavaderos públicos son uno de esos patrimonios que, a fuerza de uso y
tiempos modernos, han ido cayendo en el olvido. En la actualidad son piezas
casi de museo, lugares de interés que atesoran la historia, a veces
desconchada, de nuestros pueblos.
Por los lavaderos pasaron generaciones y generaciones de mujeres; allí se
contaban, como dice la introducción, las nuevas o se repasaba las no tan
nuevas. Con el tiempo, y la llegada de la modernidad lavadora eléctrica
mediante, los lavaderos públicos fueron quedando en el olvido.
Algunos, seguramente por la rabia de no dar presente a un símbolo de otros
tiempos, duros y afanosos, fueron utilizados como almacenes municipales. Otros
simplemente como escondites en el juego infantil de turno, ganados por la
dejadez y un recuerdo, en ocasiones, no demasiado agradable.
Pero pasada la generación que se vio obligada a lavar a mano, puestos ya en
tiempos modernos que miran al pasado con ojos de museo, hace tiempo que estas
infraestructuras hidráulicas han vuelto a tomar protagonismo. Como deben,
porque al fin y al cabo, forman parte de nuestra esencia como pueblo. Más allá
de sabañones o manchas prietas que no salen ni frotando.
Así lo han entendido en muchos pueblos, que trabajan en los últimos años
por recuperar este patrimonio etnológico, entre ellos, el municipio de
Fuentelespino de Moya cuyo Ayuntamiento trabaja en las últimas semanas en poner
en valor y acondicionar el Lavadero Público de la localidad.
Quizás, el destino no lo quiera, llegue el día en que un apagón más
prolongado de lo habitual obligue a las mujeres (y a los hombres, que en eso
entendemos, o queremos entender, que los nuevos tiempos han traído mejoras)
deban acudir a las pilas con el barreño de ropa sucia a la cabeza. Seguramente,
valga la metáfora, recibiría esta red social algún que otro "me
gusta". Fotografías : Pepe
Benedicto